La visita de la presidente al Papa Francisco y el emotivo y cálido recibimiento que éste le dio en el Vaticano ya indignan a gran parte del electorado, porque llevó junto a ella a una verdadera Armada Brancaleone. La misma la integraron 33 personas que entregaron regalos, entre ellos una camiseta de La Cámpora. Este show incluyó una conferencia de prensa donde la presidente desmintió al obispo Guillermo Karcher, quien dijo que el Papa estaba preocupado por la gobernabilidad. La presidente dijo que no era así sino que en realidad el Sumo Pontífice estaba conmovido por la situación del mundo y no de la Argentina. Luego viajó hacia Nueva York, donde llegó el sábado a la noche, previa escala sin explicación en la República de Irlanda, un país que se caracteriza por los beneficios fiscales a los inversores y el otorgamiento de asilo a políticos vinculados al lavado de dinero, como el ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari. El domingo tuvo agenda libre y ayer habló con sindicalistas norteamericanos (de la AFL) y con Ban Ki Mon, el secretario general de las Naciones Unidas. En ese ámbito, despotricó contra los fondos buitres como lo hizo antes de irse, denunciando una supuesta conspiración de aquellos a través de Carlos Gutiérrez, ex Secretario de Comercio de George Bush h., que gerenciaría un plan para desestabilizar la economía local. Pero esos supuestos 5 puntos que explicó Jorge Capitanich parecen un chiste, ya que en uno de ellos se habla de “esmerilar” a la economía.
Carrera ascendente
El viernes pasado, ante la irrupción de la Gendarmería en la city, los cambistas no quisieron que el blue pasara de los 15 pesitos, pero ayer la bolsa y los bonos se dispararon. Esto no porque haya pedido de inversores del exterior sino por los inversores de Argentina que se quieren dolarizar a través del “contado con liqui”, que llegó a $ 14,55, y el dólar Mep o bolsa, que tuvo el precio récord de $ 14,64, acercándose mucho al blue, que quedó en $ 15,15. Así como van las cosas, parecería que el dólar blue no tiene techo mientras exista el presente desborde de las cuentas fiscales que este gobierno no quiere recortar. Pero el ministro de economía insiste en no devaluar, aunque la brecha cambiaria llegó al 79.5%. Kicillof sostiene que el 23 de enero se devaluó, los precios se dispararon y nueve meses después estamos en la misma encrucijada.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com