El adiós a María Elena Walsh

Maria Elena Walsh fue velada en la sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC), ubicada en Lavalle 1547, de Capital. La escritora, compositora y autora de inolvidables canciones infantiles murió ayer, a los 80 años. Ahora, sus restos son trasladados hasta el panteón de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores en el Cementerio de la Chacarita.

Ayer, reconocidas personalidades del espectáculo se acercaron a darle el último adiós: Jairo, Teresa Parodi, Sandra Mihanovich, Graciela Borges, China Zorrilla, Pinky, Pipo Pescador, Susana Rinaldi, Mariquena Monti, Aníbal Pachano, Lidya Lamaison y Alberto Cortéz, entre otros. Además, minutos antes de que cerrara la sede de SADAIC, se hizo presente la presidenta Cristina Kirchner, quien permaneció en el lugar aproximadamente diez minutos.

Quién fue esta gran artista
María Elena Walsh nació en el barrio de Ramos Mejía, en Buenos Aires, el 1º de febrero de 1930. Su papá era un ferroviario inglés que tocaba el piano y cantaba canciones de su tierra; su madre era una argentina descendiente de andaluces y amante de la naturaleza. Fue criada en un gran caserón, con patios, gallinero, rosales, gatos, limoneros, naranjos y una higuera.
Tímida y rebelde, leía mucho de adolescente y publicó su primer poema a los 15 años en la revista “El Hogar”. Poco después escribió en el diario La Nación. Un año antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes (en 1947) publicó su primer libro, Otoño imperdonable, que recibió el segundo premio Municipal de Poesía y fue alabado por la crítica y por los más importantes escritores hispanoamericanos. A partir de allí su vida dio un vuelco: empezó a frecuentar círculos literarios y universitarios y escribía ensayos.
Sus canciones y textos infantiles trascendieron lo didáctico y lo tradicional: generación tras generación sus temas son cantados por miles de niños argentinos. Realizó además recitales unipersonales para adultos y,en 1962 estrenó en el Teatro San Martín Canciones para mirar, que luego grabó con CBS. Al año siguiente estrenó Doña Disparate y Bambuco, representada muchas temporadas en Argentina, América y Europa.
En los años ‘60 publicó,entre otros, los libros El reino del revés, Cuentopos de Gulubú y Juguemos en el mundo. En los ’70 volvió al país y en 1971 María Herminia Avellaneda la dirigió en el filme Juguemos en el Mundo. También escribió guiones para televisión y los libros Tutú Maramba, Canciones para mirar, Zoo Loco, Dailan Kifki y Novios de Antaño.
En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires.

Fuente: TN