Son vivencias de Scocco, quien ante Olimpo convirtió el primer gol de su tercer ciclo leproso.
Ignacio Scocco volvió a ser ese delantero determinante y desequilibrante, al menos por cinco minutos, que se cansó de hacer goles y romperla no mucho tiempo atrás con la camiseta de Newell’s. “Las sensaciones que tengo son muy lindas, para un delantero es importante convertir, sirvió para ganar y seguimos arriba e invictos”, contó el día después de otra noche inolvidable en el Parque.
El partido ante Olimpo no definía ningún título ni clasificaba a una Copa, pero la imagen del 32 gritando el primer gol de su tercer ciclo en el Parque será difícil de quitar de las retinas de los leprosos, por varias razones. Nacho había archivado el desgarro en el aductor derecho que sufrió luego de la 2ª fecha y volvía a ser titular después de 30 días; no estaba teniendo una buena actuación -todo lo contrario- y se lo notaba fastidioso. Pero como si todo hubiese estado guionado para una película, en la que él sería el héroe, claro está, apareció cuando muchos pensaban que nada ni nadie podría alterar el empate, como en aquellos 12 meses maravillosos que terminaron con NOB campeón del Final 2013. A él lo bajaron dentro del área, y el propio goleador se encargó de transformar el penal en gol. “Antes de patear se me pasaron muchas cosas por la cabeza, tenía pensando patearlo ahí, pero en el momento también pensé en esperar y mirar al arquero. Al final decidí tirarlo a la izquierda y por suerte entró, era un momento difícil”, agregó.
Sin embargo, pese a la inmensa alegría por haber vuelto a convertir, al nueve rojinegro no se le cayeron los anillos para reconocer que su equipo no jugó bien: “Sabemos que no jugamos bien y que esa no es la forma que entrenamos, siempre tuvimos autocrítica y debemos mejorar”. Con Nacho encendido, para la Lepra todo será mucho más fácil…
Fuente: Olé