En su discurso en Argentinos Juniors, Máximo Kirchner afirmó que la oposición tiene miedo de enfrentar a Cristina y su objetivo no habría sido replantear la reelección presidencial, sino más bien deslegitimar al ganador de las elecciones presidenciales de octubre del 2015, con el argumento de que la presidente está proscripta. Entendiendo que el kirchnerismo llama proscripción a la plena vigencia de la Constitución Nacional, que es la que prohíbe una segunda reelección. Algunos de estos argumentos ya los utilizó en 1999 el peronismo con relación a Carlos Menem y sus seguidores. Pero en este caso se está preparando el clima para decirle al ganador de las presidenciales que su triunfo es relativo debido a que Cristina Fernández de Kirchner no se pudo presentar. Y esto no significa que Daniel Scioli no sea el candidato del Frente para la Victoria, ya que es de lejos el que mejor mide en las encuestas con relación a la decena de pseudo candidatos obsecuentes que se lanzaron a esmerilarlo.
El eterno retorno
La intención del cristinismo es armarle las listas de diputados nacionales a Scioli y decir después que Cristina no perdió pero sí lo hicieron el gobernador y el peronismo. Por el contrario, en el seno de la ola naranja se afirma que la intención es ir con candidatos propios. De ahí en más vendrá la discusión para que las listas de legisladores nacionales, es decir, senadores en un tercio de las provincias y de diputados nacionales en todo el país, así como también las legislaturas provinciales, se repartan mitad y mitad con los hombres del candidato y con los gobernadores del partido justicialista. Esta transacción le serviría al cristinismo para después de decir que Cristina no perdió, quedándose con un buen número de legisladores para negociar con el nuevo gobierno o bien condicionarlo para lograr impunidad. La realidad es que el ganador, si quiere negociar con el cristinismo, va a tener la oposición de todo el arco político, ya sean sus aliados para llegar a la presidencia o los otros opositores, ya que ningún sector tendrá mayoría parlamentaria propia. Lo que es probable es que en algunas grandes líneas de la economía, la política exterior y otras haya acuerdo entre massistas, macristas, sciolistas, incluyendo el radicalismo, socialismo y la coalición cívica. Pero el cristinismo quiere dejar el máximo retraso cambiario y tarifario que pueda, para que el próximo gobierno se vea obligado a realizar un fuerte ajuste que permitiría su resurgimiento desde el llano. Esto lo señaló Máximo al decir que habrá que empezar de nuevo a reconstruir el movimiento popular y dinero no le falta a La Cámpora. Sin embargo, también aparece en el horizonte el juzgamiento de la presidente, numerosos funcionarios de su gobierno y los jerarcas de la Cámpora, por los numerosos casos de corrupción que se generaron desde mayo del 2003 hasta diciembre del 2015. Parece entonces claro que el gobierno no quiere discutir la re-re sino distraer la atención y el acto del sábado fue una despedida anticipada del poder pero también un mensaje de que van a retenerlo hasta el último día de su mandato, si es que los dejan.
informadorpublico.com