”Vengo a hacer historia”, dijo el Chino en la conferencia de prensa, acompañado por el Chaqueño Palavecino.
Lentamente la tentadora Las Vegas se va desbordando de mexicanos dispuestos a la diversión y al consumo indiscriminado en los hoteles con formato de lujosas ciudades con casinos que forman este conglomerado en medio del desierto de Nevada, en el lejano oeste de los Estados Unidos. El martes 16 es el día de la Independencia de los visitantes. Y como la distancia es corta (al cabo una gran porción de estas tierras era de ellos hace un par de siglos) aprovechan los días para disfrutar y gastar en dólares. Y aquí nadie se queja. Una de las grandes atracciones que se les ofrece, a ellos -principalmente- y a todos los turistas o interesados, es la reunión boxística de pasado mañana en el Grand Garden Arena, el estadio que forma parte de la gigantesca estructura del MGM Grand Hotel, el de las 5005 habitaciones, que ya cumplió 20 años y que se resiste a ser ensombrecido por las modernas moles que crecen como hongos a su alrededor.
Las conferencias ya no son como las de antes, en los tiempos de Don King. Todo es cordial y promocional. De los organizadores, de los auspiciantes. Y aquí son muchos. El MGM Grand, la Showtime para el PPV (pague para ver), Cervezas Corona, la Golden Boy y la Mayweather Promotions. Esta de ayer era sólo para la pelea de fondo. Afortunadamente. Hubo mucha prensa en el Hollywood Theatre, al lado del casino. Con abundante comida, claro. El Chino Maidana con su nueva imagen. Anteojos oscuros con patillas doradas, saco con brillos, camisa de seda, moñito, zapatos de punta, tipo charol. La antítesis de su postura sobre el ring. Mayweahter, con una simple chaqueta blanca, gorrita, pantalones negros y calzado blanco. No hubo estridencias.
“El es un gran campeón y como la gente lo pidió le doy la revancha”.
Y agradeció a todos. El Chino también fue cauto.
“Vengo a hacer historia. Estoy mejor preparado que para la pelea anterior. Listo para ganar”.
Y agredeció. Se dieron la mano, se miraron de frente para la foto histórica y se prendieron ante las cataratas de cámaras y micrófonos, cada uno por su lado. Con el Chino estaba el Chaqueño Palavecino. Jorge Rojas cantará el himno y Los Tekis lo acompañarán. Ayer llegó la familia entera de Maidana, una docena de viajantes.
En la reunión del sábado se presentan varios mexicanos, claro, como el invicto Leo Santa Cruz, quien expone su título supergallo; Miguel Vázquez Puts, campeón de los ligeros de la FIB, Alfredo Angulo y Humberto Soto. Pero son apenas el señuelo para el plato principal: la revancha entre Mayweather, el invicto, el mejor de los ùltimos años, el campeón de los welters de la ANB y el CMB y, también de los superwelters del CMB, de 37 años, y Maidana, de 31, el noqueador santafesino que está ubicado en las grandes marquesinas del boxeo internacional. Porque ya fue campeón, les ganó a varios de los mejores y le faltó el respeto al inalcanzable Floyd en la pelea unificatoria del 3 de mayo (Maidana era titular de la AMB y “Money ” del CMB) aunque el estadounidense ganó bien pero no logró lucirse como en las anteriores victorias. Además, uno de los jurados dio empate. Como no aparecieron eventuales rivales redituables, Mayweather -astuto empresario- aceptó el desafío por el desquite. Piensa que ya lo conoce -y con un árbitro bien elegido por su equipo- ganará con amplitud. Para que el negocio creciera buscó que hicieran una gira previa por varios puntos de Estados Unidos y que se generara una mayor “antipatía” mediática. El motor de la recaudación es el “pague para ver” que en mayo estuvo cerca del millón de abonados (70 millones) pero lejos de los 2,200 de Mayweahter-Canelo Alvarez. Por eso hasta vino bien el empujón que le pegó el Chino en la promoción en Nueva York. El martes hubo presentación por separado en el MGM con aliento de argentinos y se espera masiva presencia en la pelea.
A Maidana se lo ve tranquilo con su nueva imagen de anteojos oscuros y buena ropa. Pareciera ya estar muy cerca del peso. El mexicano Raúl Robles es su nuevo preparador físico en reemplazo del controvertido colombiano Alex Ariza, quien fue desplazado por Sebastián Contursi, el asesor-conductor del santafesino (ese fue el motivo del alejamiento de Hugo Basilotta, de Alfajores Guaymallén, habitual auspiciante) y por Robert García, el entrenador. Dice el Chino que está mejor preparado que nunca y que ya tiene el plan para corregir errores del combate anterior. Buscará atacar, como siempre, pero con mayor orden y precisión.
Fuente: Clarín