Crudo relato de un comisario en el juicio por el ataque que sufrió

El jefe antidrogas federal, Néstor Roncaglia, dijo que le tiraron a matar en su casa de Olivos; reconoció a los dos acusados

Lo primero que hizo cuando ingresó en la pequeña sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de San Isidro fue buscar con la vista a los acusados. Después, en varios tramos de su intenso y conmovedor testimonio, el comisario inspector Néstor Roncaglia, jefe antidrogas de la Policía Federal, volvió a mirar a los ojos a César Heredia y a Mariano Carbajal y, con calma, les dijo: «No tenían derecho a hacer lo que hicieron. Arruinaron mi vida y la de mi familia. Me tiraron a matar».

Roncaglia declaró ante el tribunal integrado por Hernán San Martín, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, y el fiscal Eduardo Rodríguez, en el juicio al que llegaron procesados Heredia y Carbajal, de 27 y 26 años, respectivamente, hermanos por parte de madre. Ambos están acusados de homicidio agravado criminis causa en grado de tentativa e intento de robo agravado por el uso de armas, del que fue víctima el jefe de drogas federal.

El hecho sucedió el 1° de junio de 2013, a las 21.45, cuando Roncaglia, de 53 años, llegaba a su casa de Olivos, en Vicente López, después de un operativo antidrogas en Campana. Fue sorprendido por tres delincuentes cuando estacionaba la camioneta de su esposa en el garaje. Recibió dos tiros: uno en el tórax y otro en la mano derecha.

Heredia y Carbajal también llegaron al juicio procesados por el violento robo que sufrieron el juez del TOC N° 3 de San Isidro, Marcelo García Helguera, y su familia. Ese hecho ocurrió en Martínez, media hora antes del ataque a Roncaglia.

El testimonio del comisario fue estremecedor. Sobre todo cuando recordó todo lo que sufrió su familia. Contó que durante los seis días que estuvo internado en el hospital Churruca su esposa y sus hijos adolescentes durmieron en la misma habitación que él. «Tenían miedo de volver a casa. Entonces tiraron un colchón y descansaron en el piso», contó.

«Tuvimos que mudarnos. Con mi esposa trabajamos 30 años para tener la casa que queríamos y la tuvimos que vender. Ustedes no tenían derecho de hacer lo que hicieron. Yo venía de trabajar, de luchar contra las drogas. Yo, como policía, me la puedo bancar, pero mi familia no», les dijo a los acusados.

«Ese señor [dijo, señalando a Carbajal] me apuntó a la cara. Me tiró a matar. Escuché que decían «tirale que es un rati’ hijo de puta».» Roncaglia se cubrió el rostro con la mano. Eso le salvó la vida, afirmó..

Fuente: La Nación