Un informe dado a conocer en las últimas horas por parte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), revela que los aumentos de salarios no compensarán la inflación.
El contexto es importante. No ningún secreto decir que la política económica que se viene aplicando en la Argentina en la última década encuadra en los lineamientos de un “modelo populista”. Obviamente que hay diferencias con similares estrategias aplicadas en el pasado.
Entre la más importante se destaca el contexto internacional especialmente favorable. Sin perjuicio de ello, y dado que no hay diferencias de sustancias, resulta pertinente evaluar la etapa del ciclo populista que se está atravesando.
Tomando datos oficiales del INDEC para los salarios y del Congreso Nacional para los precios, dadas las distorsiones ocurridas en la medición de la inflación, se observa que:
En el período que transcurre entre los años 2003 y 2008 el salario registrado creció al 23% anual mientras que los precios lo hicieron al 14% anual.
Entre los años 2008 y 2013 el salario formal creció al 26% anual mientras que el crecimiento de los precios se aceleró llegando al 24% anual.
En la primera mitad del 2014 los salarios vienen creciendo a razón de 31% anual mientras que los precios crecen al 39% anual.
Según IDESA, estos datos muestran que se está entrando en la fase donde la inflación supera el crecimiento de los salarios.
“El fenómeno se confirma con información publicada por el Banco Central que señala que en los convenios colectivos de trabajo de las principales actividades económicas se han acordado aumentos de salarios para el año 2014 del orden del 31% anual”, asegura el documento.
Se trata de un valor que resulta inferior a las mediciones de inflación que difunde el Congreso Nacional y similar al aumento de precios que viene reportando el INDEC con la nueva medición oficial del Índice de Precios al Consumidor.
La evolución de salarios y la inflación en la última década reflejan las etapas del “modelo populista”. Entre los años 2003 y 2008 las remuneraciones recuperaron la enorme licuación sufrida con la mega-devaluación del año 2002. El proceso fue favorecido por términos del intercambio muy favorables, lo que permitió eludir las típicas crisis que sufrió en el pasado la Argentina asociadas a la “restricción externa”. En el periodo 2008 – 2013, la inflación se aceleró y a los salarios les resultó difícil seguir el ritmo.
Lo que se observa en el año 2014 aparece como la fase final del “modelo” donde la inflación es tan alta que aun con crecimientos nominales muy elevados de salarios no llegan a compensar los aumentos de precios. Mientras tanto el deterioro fiscal es desbordante al punto que ni con una presión impositiva récord se evita una masiva emisión monetaria.
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