Rumbo a la Davis

El azuleño superó en tres sets al juvenil Rubin y dio el primer paso en Flushing Meadows.

Martín Jaite lo miraba con atención junto a Mariano Zabaleta desde la tribuna de la cancha 13 del complejo Billie Jean King. Desde adentro, las respuestas que daba Federico Delbonis eran muy buenas. Tanto como para sellar una clara victoria contra Noah Rubin, campeón junior de Wimbledon en julio y una de las grandes esperanzas del tenis estadounidense. ¿Alcanzará esa demostración sólida de Delbo como para hacer tambalear el supuesto de que es el jugador que descartará el capitán de la Copa Davis para el repechaje contra Israel en el que Argentina se jugará la permanencia en el grupo Mundial?

Las principales dudas sobre Delbonis nacen en sus muy flojos resultados del año en cemento: antes del Abierto de Estados Unidos había ganado sólo un partido en 2014 en esa superficie en el circuito, con seis derrotas. Y es justamente en ese tipo de cancha que se jugará la serie por la Davis luego de la mudanza de escenario desde Tel Aviv a Sunrise, en Florida. En esta ocasión, el jugador azuleño, 66º del ranking mundial, no dejó dudas contra Rubin, el crédito de Long Island de 18 años que venía a ver el torneo de la mano de sus padres cuando era un niño. Más allá de haber cedido su saque dos veces en el partido, en general su servicio fue sólido y cuando tuvo que devolver le generó una verdadera pesadilla a su rival, al que le quebró en ocho ocasiones para sellar un lapidario 6-4, 6-3 y 6-0. En la próxima ronda enfrentará al francés Gilles Simon.

“El balance es muy positivo. Venía de una gira en la que no había tenido buenos resultados en cancha rápida y poder ganar un partido acá es muy importante para mí. Y me da confianza para lo que resta de este torneo y para mirar lo que pasa en este tipo de superficies”, comentó el argentino en la conferencia de prensa luego de su triunfo. Pero se mostró distante en cuanto a la posibilidad de jugar la Davis y si había influido en su cabeza el hecho de que estuviera bajo la mirada del capitán. “Yo no juego para Jaite. Siempre, en este tipo de torneos, juego para mí y para mi equipo. El día que me toque jugar la Davis lo haré para Jaite, o para el que esté, y para la Argentina”, aseguró.

Los otros cuatro designados para el choque contra Israel son Leonardo Mayer, Carlos Berlocq, Juan Mónaco y Horacio Zeballos. El correntino es inamovible salvo que surja un eventual problema físico: es el mejor ranqueado del equipo y avanzó con solidez a la segunda ronda en Flushing Meadows, con momentos de muy buen tenis más allá del abandono de su rival, el español Albert Montañés. Berlocq debutará recién hoy y frente al israelí Dudi Sela, en lo que podrá ser un anticipo del choque del viernes en la Davis. En su caso lo respaldan grandes victorias en la Copa contra Kohlschreiber, Simon y Seppi. Pero si se cuestiona el rendimiento de Delbonis en canchas duras, también hay que remarcar que Berlocq jugó en 2014 cuatro partidos en esa superficie y perdió todos. El rendimiento de Mónaco había mostrado mucha irregularidad en la temporada, pero levantó de una manera notoria desde julio cuando llegó a la final de Gstaad y a la semifinal de Kitzbuhel. Aquí jugó bien más allá de la derrota frente a Tsonga y es un símbolo del equipo argentino, algo que se ganó con su trayectoria. Zeballos, más allá de que ayer perdió en el dobles -jugó con el uruguayo Pablo Cuevas justamente frente a Berlocq-Mayer-, parece una elección fija para el punto del sábado.

Jaite partirá mañana hacia Sunrise para preparar la serie que se jugará del 12 al 14 de setiembre. En su cabeza ya seguramente estará el equipo. Mientras tanto, Delbonis dio el primer paso para ganarse un lugar en su consideración. ¿Le alcanzará?

Fuente: La Capital