Para las entidades del campo, “hiere de muerte a la producción” Costa sostuvo que es para “garantizar el abastecimiento en la mesa de los argentinos”.
Queriendo desmentir, el Gobierno confirmó ayer que está aplicando nuevas limitaciones a las exportaciones de carne y leche en polvo, de modo de asegurar el abastecimiento en el mercado local y mantener a raya los precios de esos alimentos. Estas medidas recibieron duras críticas de las entidades del campo, que argumentaron que la única consecuencia de estas trabas será una caída de la producción.
El secretario de Comercio, Augusto Costa, salió temprano a desmentir a Clarín, que había informado ayer sobre nuevas restricciones a las exportaciones de lácteos comunicadas a esa industria. “Las exportaciones de leche y de carne no están cerradas”, dijo el funcionario, aunque de inmediato aclaró que tampoco hay libertad para exportar, pues se han adoptado medidas que limitan los envíos al exterior para “garantizar el abastecimiento en la mesa de los argentinos”. También el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, defendió que exista “una capacidad de intervención regulatoria del Estado ”.
Cualquier Gobierno, por cierto, tiene derecho a establecer la política que crea conveniente. El problema aquí, y desde la irrupción de Guillermo Moreno allá por 2006, es que las limitaciones a las exportaciones no se definen a través de normas escritas basadas en reglas claras y conocidas por todos, sino en base a fórmulas discrecionales de los funcionarios, que son comunicadas de modo verbal a los empresarios.
Costa no ha cambiado una coma de esta práctica discrecional, a punto tal que su organismo sigue sin informar a qué frigoríficos se otorgan los permisos de embarque (ROE). Es decir, el Estado distribuye un beneficio entre empresas, pero no informa a cuáles.
Ahora, en el caso de la carne, las fuentes indican que suspendió la entrega de esos ROE por 15 días. En el caso de los lácteos, los informantes hablan de una barrera a las ventas de leche en polvo si no superan el precio casi imposible de 4.000 dólares por tonelada.
De una u otra forma, lo que pretende Comercio es dar una señal a los mercados, ya que ambos productos han subido más de 50% desde el año pasado.
Un cierre total de las exportaciones volcaría el excedente productivo al mercado doméstico, provocando una sobreoferta que liquidaría los precios al productor. Con rodeos, lo admitió el propio Costa: dijo que se busca es “lograr una consistencia entre precios y abastecimiento en el mercado interno y que los excedentes que no van a la mesa de los argentinos se puedan exportar”.
Frente a la amenaza, y conociendo los antecedentes que perjudicaron a la carne, el maíz y el trigo, las entidades rurales reaccionaron. “Si el gobierno pretende bajar el precio de la leche frenando las exportaciones estará equivocando una vez más el camino”, señaló la Rural. “Esta medida servirá únicamente para herir de muerte a la lechería”, ratificó CRA.
clarin.com