BAGDAD/ARBIL (Reuters) – Una serie de atentados en varias partes de Irak causaron la muerte de al menos 35 personas el sábado, en una aparente represalia por un ataque contra una mezquita musulmana suní que profundizó el conflicto sectario del país.
Una bomba también estalló el sábado en la ciudad norteña de Arbil, un inusual atentado que pone en peligro la relativa estabilidad de la capital de la región semiautónoma kurda.
Imágenes de televisión local mostraban a combatientes extinguiendo los restos de un auto en Arbil. Un periodista de Reuters vio previamente una nube de humo saliendo desde el sector, pero la fuente no estaba clara.
En Bagdad, un suicida hizo chocar su vehículo con bombas contra una oficina de inteligencia, matando al menos a ocho personas, dijeron fuentes médicas y de la policía. Cerca de Tikrit, otro suicida que conducía un vehículo militar atestado de explosivos atacó una sede que acogía a soldados y miembros de milicias chíies, causando nueve muertes.
Miembros de milicias chiíes mataron a tiros a 68 musulmanes suníes en una mezquita de la provincia de Diyala el viernes, en momentos en que los políticos intentan dar forma a un Gobierno de poder compartido que haga frente a la campaña insurgente del grupo Estado Islámico.
El avance del Estado Islámico por el norte de Irak ha alarmado al Gobierno de Bagdad y a sus aliados occidentales, llevando a Estados Unidos a lanzar sus primeros ataques aéreos en el país desde que retiró sus fuerzas militares en el 2011.
Aunque los bombardeos aéreos estadounidenses han generado bajas entre los combatientes Estado Islámico, no abordan al problema amplio de las luchas sectarias que el movimiento rebelde ha avivado con sus atentados contra la comunidad chií.
Los ataques, los secuestros y las ejecuciones masivas ocurren casi a diario en Irak, lo que recuerda los días oscuros de la lucha sectaria que remeció al país en 2006 y el 2007.