La obediencia debida se impondría y serán leyes los proyectos de hidrocarburos y abastecimiento

La sanción de la nueva ley de hidrocarburos es imprescindible para el gobierno nacional, ya que garantizaría prácticamente la única fuente importante de ingreso de dólares, porque le concede al ejecutivo la facultad de ser el único que adjudique concesiones Y de paso se convalidan así la ley de confiscación de Repsol-YPF y el Decreto 929, que aprobó el acuerdo con Chevron, cuyo texto todavía es desconocido para los legisladores y la opinión pública pero que permitió el ingreso de 1000 millones dólares. La nueva ley les quita la disponibilidad de los recursos naturales a las provincias, garantizados por la reforma constitucional de 1994 y que fue apoyada por el matrimonio Kirchner. Si bien el ingeniero Miguel Galuccio esta atrás de la norma, el principal interesado es Axel Kicillof, quien cree que podría conseguir diez acuerdos más como el de Chevron y de este modo lograr que ingresen los 10.000 millones de dólares que necesita imperiosamente para terminar más o menos en orden hasta la entrega del gobierno en diciembre del 2015. Los especialistas en petróleo dicen que aunque se sancione esta ley que permite al ejecutivo conceder sectores de Vaca Muerta, como lo hizo con Chevron, dada la inestabilidad económica del país desde que está en default y con serias probabilidades de continuar esa situación hasta el final del mandato, los negocios petroleros ya no serían tan fáciles. Pero la realidad es que Cristina y Kicillof no piensan solucionar el problema con los holdouts tampoco a partir del 1 de enero y por tanto tienen necesidad de esos miles de millones de dólares. Existe la posibilidad de que cuatro provincias -a saber: Neuquén, Río Negro, Mendoza y Chubut- aporten sus diputados nacionales para impedir que se sancione esta ley. Pero el poder de coerción del cristinismo es todavía muy grande y ya lo utilizaron con Martín Buzzi, el gobernador de Chubut, al cual una mano anónima le descubrió una cuenta de un millón de dólares en un paraíso fiscal. Sin embargo, el mandatario no se asustó y sigue su pelea con el gobierno federal, pero los diputados nacionales de esas provincias, si bien tienen compromisos con sus gobernadores, no es menos cierto que casi todos le deben favores al gobierno o tienen el traste sucio como para sufrir una operación de prensa en los medios que maneja el gobierno, que son muchos y pueden hacer daño.

Meter miedo es fundamental

En cambio, sobre la nueva ley de abastecimiento, por lo bajo los legisladores dicen que la misma es una locura pero apelando a la obediencia debida votarán el proyecto. Como para tranquilizarlos, desde el ejecutivo les dicen que no aplicarán la norma sino que servirá para asustar a los empresarios para que no aumenten los precios. Aunque con la profunda recesión que vive el país la posibilidad de aumentar precios es bastante limitada, porque el consumo se derrumbó y le queda un solo camino, que es derrumbarse más. Pero, eso sí, Kicillof cumpliría su sueño de convertir a la República Argentina en una economía planificada y centralizada como es de rigor en los países comunistas. De ahí que la rebeldía empresarial sea muy grande y se extienda a todas las cámaras que los representan, además de todos los sectores de la oposición que también repudian el proyecto. No obstante todo esto, es probable que la obediencia debida siga sancionando leyes ridículas, porque el temor a votar en contra del poder es determinante, ya que todo el bloque del FpV tiene esqueletos en el ropero que sus miembros no quieren que salgan a la luz.
informadorpublico.com