No habrá más dólares para empresas y darían bonos en pago de deudas

El BCRA cerró el grifo para giros al exterior. Para comprar insumos, las compañías deberán generar sus divisas. Crece la interna con Economía e Industria.
La Casa Rosada busca alejar una crisis de reservas y esquivar el costo político por la caída del salario real y los problemas de empleo. Luego del discurso del jueves de la presidenta Cristina Kirchner, en el que acusó a la empresa estadounidense Donnelley de haber realizado una “quiebra exprés” en el marco de un presunto plan desestabilizador orquestado por los fondos buitre que litigan contra la Argentina, se acabaron los dólares genuinos para la importación.

Sucede que se decidió limitar al mínimo el giro de divisas para todo concepto, al punto de empujar al propio sector privado a que se autoabastezca de la moneda norteamericana.

Las reservas del Banco Central están en torno de los u$s28 mil millones y, con la imposibilidad de acceder a los mercados tras el “default”, asoman como el último bastión de estabilidad en la transición, en un año donde el producto bruto interno podría caer hasta 2 o 3%, y el desempleo pegar un pequeño salto. En el mercado paralelo llegó a cotizar en niveles superiores a los $ 13, una cotización que lleva a enero último, en la turbulencia pre-devaluación.

La prioridad uno son los dólares para las compras de energía, por hasta u$s1.500 millones al mes. El Gobierno está obligando a las empresas a autofinanciarse la compra de bienes del exterior:

• Mientras la Secretaría de Comercio autoriza sin demoras las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), el Central “deja” que las compañías “se hagan” de las divisas a través del “contado con liqui”, una operatoria que consiste en comprar bonos en pesos en el país y obtener dólares al venderlos en el exterior.

• Pero además hay una novedad que sacude a las empresas automotrices. El Banco Central no pagará este año la deuda que acumuló el organismo por unos u$s2.000 millones por importaciones. La conducción considera que es “deuda heredada” y que “no es éste el momento de ocuparse de esos temas”. La mirada, que inquieta incluso al Ministerio de Industria, es que con la caída de ventas y exportaciones que hay en el sector “no hace falta importar tanto”. Es decir, no hacen falta tantos dólares.

• Esa deuda, que el Central directamente descarta pagar y por la que las automotrices descartan lanzar nuevos modelos, podría estimular la inventiva oficial: en el Ministerio de Economía han hablado en conjunto con algunas compañías del sector de una solución “a la Repsol”: con la emisión de un bono a una tasa tal que, tras ser vendido a un operador financiero, les permita hacerse de los dólares.

De acuerdo al matutino Perfil, en la Cámara de Importadores, en tanto, desconocen estos manejos pero encienden una luz de alerta. Además de las automotrices, esperan dólares del Banco Central los laboratorios, importadores y las ensambladoras tecnológicas de Tierra del Fuego.

El desfile de empresarios por Economía, Industria y el Central viene creciendo desde el 30 de julio. Y al cierre del grifo de dólares desde la autoridad monetaria se sumó la preocupación de las distintas cámaras privadas por el envío al Congreso de varios proyectos de ley que dan más herramientas al Estado para controlar qué hacen las empresas. Una inquietud que creció luego de que la jefa de Estado pidiera aplicar la Ley Antiterrorista a los propietarios de la gráfica Donnelley.

Las respuestas que reciben varían según quién los atienda, consignó el citado matutino. Cerca de la ministra Débora Giorgi les “arman reuniones” pero no garantizan respuestas. En el Central les dicen que “seguro no es tanto lo que precisan”. Y en Economía les hablan de soluciones alternativas, los dólares-bonos, y de que esperen hasta enero, cuando vencidos los límites legales para un arreglo en Nueva York habrá vuelta al mercado de capitales para todos.

Salvavidas made in China
Ante la falta de divisas, el Banco Central se aprestaba a dejar todo listo para intentar “de forma inminente” poner en marcha el canje de monedas firmado hace un mes con China, que le permitirá, de a tramos, conseguir hasta u$s11.000 millones, en yuanes convertibles.

“No tiene ni cross default ni nada, así que en breve podremos tener ese respaldo para las reservas, que seguimos esperando que ronden los u$s28.000 millones a fin de año”, dijeron cerca de Juan Carlos Fábrega.

La Argentina suscribió con el Banco de China un acuerdo para reforzar las reservas por tres años a una tasa de entre el 6 y el 7%. Se suscribió antes de que se cayera en una crisis de deuda por la sentencia en favor de NML en Nueva York, y ahora resulta clave para llegar hasta fin de año. En el Central se esfuerzan por resaltar que, a diferencia del convenio que se firmó en la era Redrado, no hay cláusula anti-default que desactive el swap.
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