En la zona de Santo Tomé, los radares detectaron varios vuelos irregulares con cargamentos de cocaína
La avioneta que apareció ayer estrellada en una estancia cercana a la ciudad correntina de Santo Tomé sería una de las aeronaves usadas para introducir cocaína en la Argentina. Los dos ocupantes del Cessna Centurion 210 fueron encontrados muertos en el lugar del accidente, descubierto en forma casual por peones del establecimiento rural. Los investigadores apuntan a encontrar los nexos de ese vuelo con organizaciones narco que operan en la zona, utilizada en los últimos dos años como centro de acopio de cocaína.
El avión estrellado llevaba la matrícula norteamericana N421SP. Los registros internacionales de vuelos determinan que el último vuelo dentro de los Estados Unidos se realizó a mediados de enero pasado. Esa aeronave figuraba entre las ofertas de venta en varias páginas web especializadas en acercar a vendedores y compradores de aeronaves. La avioneta, fabricada en 1975, estaba tasada en 85.000 dólares. Los investigadores estiman que operaba en la frontera argentina por lo menos desde abril pasado.
Una avioneta similar fue perseguida por aviones de la Fuerza Aérea el 15 de julio pasado. El color del fuselaje y el modelo de la aeronave coinciden con el interceptado por una sección de aviones Pampa en las cercanías de Paso de los Libres, no muy lejos de donde apareció estrellado el Cessna 210. Sin embargo, se habría descartado la posibilidad de que se tratase de la misma avioneta, pues no tenía matrícula visible la perseguida por la Fuerza Aérea.
La acción en ese momento de los aviones de entrenamiento avanzado forzaron a los ocupantes de esa avioneta a arrojar bultos con el cargamento de drogas. Gendarmería encontró luego esas bolsas con 154 kilogramos de cocaína. En la zona no operarían sólo los tradicionales vuelos con transporte de marihuana o cigarrillos desde Paraguay, sino que estaría abierta una ruta más compleja que lleva la cocaína desde Bolivia hasta Paraguay y desde allí se deriva por vía aérea a la Argentina, Brasil y Uruguay.
En noviembre pasado, por ejemplo, fuerzas especiales de Gendarmería irrumpieron en una estancia en Santo Tomé y desbarataron un aeródromo clandestino, se secuestraron varias avionetas y 330 kilogramos de cocaína. El punto de partida de esas aeronaves se encontraba en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Las avionetas usadas por los narcos tienen una importante capacidad de vuelo. El Cessna 210 estrellado en Corrientes registra movimientos de 900 kilómetros en los Estados Unidos. Y entre los restos de la aeronave se habrían hallado partes de un sistema casero de abastecimiento de combustible que prolonga la autonomía incluso en vuelos con carga completa.
El Ministerio de Seguridad ya identificó más de 1600 lugares clandestinos de aterrizaje y trabaja en un protocolo para que las provincias y los municipios inutilicen esas pistas..
Fuente: La Nación