Varios comerciantes del Mercado Central se reunieron para pagar el monto exigido; estuvo cautivo diez horas; afirman que no fue un rapto al voleo
Todavía era de día cuando Daniel Grigolatto circulaba con su Volkswagen Bora por la zona de Villa Madero. Habían pasado pocos minutos después de las 17 y el productor frutihortícola regresaba a su casa después de trabajar en el puesto dedicado a la venta de cítricos que tiene en el Mercado Central. En ese momento fue interceptado por un grupo de cuatro delincuentes que lo tomaron cautivo y se lo llevaron a una casa cercana. Comenzaba así un nuevo secuestro exprés en la zona oeste del conurbano, el área donde en lo que va del año 71 personas fueron tomadas cautivas por distintas bandas de delincuentes.
El productor, de 38 años, que alterna sus días entre el Mercado Central y la ciudad entrerriana de Chajarí, es hermano de Dante Grigolatto, presidente de la Federación del Citrus de Entre Ríos (Fecier). Grigolatto fue liberado después de permanecer cautivo diez horas.
«No se trato de un hecho fortuito o casual. Los secuestradores tenían mucha información de nombres, de datos. Se notaba que conocían a mi hermano», expresó un familiar del empresario.
Al llegar a la esquina de Vélez Sarsfield y Boulogne Sur Mer, los secuestradores, que circulaban a bordo de otro vehículo, interceptaron a Grigolatto y, a punta de pistola, lo obligaron a abordar al otro rodado y lo llevaron a su casa.
Una vez que redujeron a Grigolatto, los delincuentes lo llevaron a su casa, pero como no estaban conformes con el dinero que hallaron en la vivienda, consideraron que podían obtener una mayor suma si lo tomaban cautivo.
Uno de los integrantes de la banda comenzó a llamar a la familia del productor para pedir una suma de dinero como rescate, mientras que la victima fue encerrada en una casa.
«En principio, pidieron medio millón de pesos, pero se llegó a un acuerdo para pagar una suma menor», explicó el familiar, quien dijo que el pago se concretó en la localidad bonaerense de Gregorio de Laferrére, también en el partido de La Matanza.
ENCAPUCHADOS Y CON DATOS
Según fuentes de la investigación policial, los delincuentes que tomaron cautivo al productor frutihortícola no serían los mismos que, el martes pasado secuestraron a Segundo Tevez, el padre del futbolista. «En el caso de Grigolatto, los delincuentes contaban con información precisa de la vida y los movimientos del productor. Fue un hecho planificado en el que los delincuentes usaron capuchas para cubrir sus rostros y evitar que la víctima pudiera reconocerlos.
«Afortunadamente, tenemos muy buenos amigos en el Mercado Central. Entre 10 o 15 personas se juntaron y lograron reunir la suma, que fue la que se entregó: $ 180.000», agregó el hermano del productor secuestrado, quien viajó a Buenos Aires desde Chajarí para encabezar las negociaciones con los delincuentes.
Una vez que los secuestradores cobraron el rescate, liberaron al empresario en Perón a la 3700, en Ciudad Evita. En ese momento, le devolvieron su teléfono celular para que pudiera llamar a su familia.
Además de Grigolatto y el padre de Tevez en la zona del corredor del Oeste, ya fueron secuestradas otras 69 personas, quienes estuvieron cautivos no más de dos o tres horas y casi siempre los tuvieron en un automóvil en movimiento. Según cifras oficiales, en el último mes hubo un recrudecimiento de los secuestros exprés, debido a que registró casi un hecho por día.
PISTAS FIRMES EN EL CASO TEVEZ
Para el abogado de la familia de Carlos Tevez, los autores del secuestro del padre del futbolista de Juventus, de Italia, estarían identificados. «La investigación está avanzando y los delincuentes están casi identificados», expresó Gustavo Galasso, quien representa a la familia de Tevez como particular damnificado en la causa por el secuestro de Segundo Tevez. Para liberar al padre del futbolista, cabe recordar, la familia pagó $ 400.000. Ayer, Segundo Tevez escuchó en la televisión la grabación de una negociación de un secuestro extorsivo y dijo que la voz del delincuente era similar a la de uno de los malvivientes que lo mantuvo cautivo..
Fuente: LA NAción