Se frustró la oferta de los bancos a los holdouts y la Argentina caería en default

Kicillof aseguró que el país ofreció a los acreedores entrar al canje y lo rechazaron. Tampoco se logró reinstalar el stay pero no descartó un arreglo «entre terceros». Esta mañana, Sebastián Palla, gerente del banco Macro, mantendrá una reunión con representantes de los fondos NML y Aurelius para intentar remontar la negociación.

Las negociaciones contra reloj entre la Argentina y los holdouts fracasaron en el escenario judicial, al tiempo que tampoco prosperó la compra de la deuda de parte de los bancos que integran la asociación ADEBA, y el mediador Daniel Pollack anunció que un default del país es «inminente». Hoy, sin embargo, Sebastián Palla, gerente del banco Macro y funcionario del equipo económico de Roberto Lavagna cuando diseñó el canje de 2005, mantendrá una reunión con representantes de los fondos NML y Aurelius para intentar remontar la negociación.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, encabezó ayer en Nueva York una serie de reuniones con Pollack y representantes de los holdouts que no arrojaron resultados y dieron pie a una conferencia de prensa en la que el funcionario fustigó al juez Thomas Griesa.

Kicillof utilizó buena parte de su exposición para negar que el país entre en cesación de pagos (al vencer ayer los 30 días de gracia): «Si fuera un default el dinero no estaría ahí», desafío el ministro apuntando a las calificadoras de riesgo que, como Standard & Poor’s, en la tarde habían declarado a la deuda argentina en «default selectivo».

Tras la conferencia, circularon rumores acerca de un acuerdo entre privados que destrabaría la situación, pero minutos más tarde se conoció el fracaso de esa gestión, a partir de que Kicillof señaló que «no se les iba a pagar más de lo que se les pagó a los bonistas que entraron en los canjes de deuda».

Según supo Infobae, mientras la delegación argentina mantenía una larga reunión con el mediador Daniel Pollack, representantes de Asociación de Bancos de la Argentina (ADEBA) llevaban a cabo una negociación paralela con los holdouts para intentar destrabar el litigio que amenazaba con hacer caer a la Argentina en default.

La propuesta de los banqueros, que había sido llevada en principio por el titular de ADEBA, Jorge Brito, al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, consistía en el aporte de una garantía de u$s250 millones para facilitar el cumplimiento de la sentencia en favor de los fondos que no aceptaron la reestructuración de deuda.

A cambio del depósito de los bancos argentinos, los holdouts estaban dispuestos a solicitar al juez Thomas Griesa la reposición del «stay», o sea la cautelar para que la Argentina pueda cumplir con el pago de intereses de los bonos Discount en dólares bajo legislación norteamericana por u$s539 millones, bloqueado desde el 30 de junio por disposición judicial, y cuyo período de gracia concluía ayer.

Durante la tarde, creció el optimismo sobre la llegada a buen puerto de esa negociación encabezada por ADEBA. Sin embargo, la dura conferencia de prensa brindada por Kicillof en el consulado argentino de Nueva York hizo caer el posible acuerdo. Según supo Infobae, mientras los banqueros y los holdouts estaban en pleno cierre de un entendimiento, escucharon juntos la rueda de prensa que brindaba el ministro.

La alocución, con duras críticas al juez Griesa y a los bonistas, llevaron la negociación privada al fracaso. El frustrado acuerdo contaba con el visto bueno de Juan Carlos Fábrega, titular del Banco Central. Por estas horas, y luego de lo ocurrido, Fábrega le confesaba a sus íntimos que piensa en la posibilidad de dejar su cargo. A última hora del miércoles, este medio pudo confirmar que la comitiva de banqueros liderada por el economista Sebastián Palla emprendía el regreso a Buenos Aires.

«No me extraña que pueda ocurrir una solución entre privados», dijo Kicillof durante la conferencia de prensa, y agregó: «Como la plata que tenía que pagar la Argentina tenía que llegar a bonistas y aparentemente el juez podría dársela a los fondos buitres se generó un problema entre privados».

De todos modos, el titular del Palacio de Hacienda se mostró distante de las conversaciones entre privados y afirmó que se enteró «por los diarios que banqueros iban a hacer ofertas, y eso es porque ahora el problema se lo trasladó Griesa a los terceros».
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