La bebé fue operada a los cinco días de haber nacido y según diagnosticaron su calidad de vida será normal. El caso de Olivia fue la séptima beba nacida por cesárea de alta complejidad en este centro de salud pediátrica.
Una beba con una malformación congénita que fue atendida en la unidad de medicina fetal del hospital, uno de los cinco centros de salud que ofrece ese servicio en el mundo, y tras una cesárea de alta complejidad el 11 de junio pasado fue dada de alta.
Con el diagnóstico de una malformación congénita por «hernia diafragmática», los padres de Olivia Erika Stegmayer y Gastón Babot Eraña, ambos médicos, decidieron VIAJAR
desde Tucumán a Buenos Aires, para que la beba naciera en el Hospital Garrahan, el único en el país capaz de tratar estas malformaciones.

«Hoy, a un mes de nacida nuestra beba, estamos eternamente agradecidos al hospital que nos dio la oportunidad de atender inmediatamente y con la tecnología necesaria a Olivia», dijo a Télam Erika, de 32 años.
Para la mamá de la beba, «lo importante fue tener un diagnóstico prenatal, que el Hospital Garrahan pudiera planificar el parto y tener todo listo para realizar los procedimientos necesarios para la complejidad de la patología».
«Estoy muy conforme y agradecida por la atención y la contención que recibimos», dijo emocionada la mujer que contó que la beba está bien, alimentándose con pecho y mamadera y por sobre «todas las cosas porque habiendo atravesado la enfermedad podrá hacer una vida como cualquier chico».
El caso de Olivia, que fue la séptima beba nacida por cesárea de alta complejidad en el centro de salud pediátrico, fue el primero en estrenar el nuevo quirófano neonatal.
Con cinco días de vida, Olivia fue operada con una técnica video-asistida mínimamente invasiva.
Esa técnica permitió acomodar sus órganos abdominales y cerrar el defecto diafragmático, consecuencias de la malformación que tenía.
El nacimiento fue programado para el 11 de junio por cesárea y Olivia fue asistida mediante estrategias de soporte hemodinámico y respiratorio de alta complejidad para poder superar la etapa crítica de adaptación a la vida extrauterina que se da en los casos como el de su malformación.
Por esa razón, en el momento exacto en que nació fue intubada, se le colocó un respirador de alta complejidad y las drogas necesarias para que su corazón y pulmones pudieran estabilizarse y adaptarse a la vida.
La hernia diafragmática es una malformación por la cual durante la vida fetal los órganos que tienen que estar en el abdomen se desarrollan en el tórax y eso frena el desarrollo de los pulmones y el corazón.
«Esos bebés nacen graves porque no tienen un sistema respiratorio y hemodinámico que los acompañe para vivir por sus propios medios», explicó la responsable del Programa de Diagnóstico y Tratamiento Fetal del Garrahan, Claudia Cannizzaro.
Por este motivo, «muchos de estos niños requieren al nacer tratamientos de muy alta complejidad como la oxigenación por membrana extracorpórea neonatal (ECMO) que en el nivel público sólo ofrece el Garrahan», agregó.
Olivia, que hoy tiene un mes de vida y pesa 3,380 kilogramos, recibió un diagnóstico de malformación pulmonar, a través de una ecografía a las 20 semanas.
El 1 de abril una ecografista tucumana especialista en malformaciones detectó la hernia diafragmática, enfermedad con una tasa aproximada de 1 cada 3.000 gestaciones, con alta mortalidad oculta por falta de diagnóstico prenatal.
Los padres de la beba realizaron la primera consulta el 24 de abril en el Garrahan y el 11 de junio nació la beba.
El presidente del Consejo de Administración del Garrahan, Marcelo Scopinaro, celebró el nuevo tratamiento en el Garrahan, donde se asistieron mil embarazos complejos hasta la fecha desde la creación de la unidad en 2008.
«Hasta ahora la madre era trasladada tras la cesárea, pero a partir del próximo nacimiento también contaremos con la posibilidad de que se recupere de la intervención acá, sin separarla de su bebé y con todos los beneficios que eso implica tanto para el niño como para la madre», adelantó Cannizzaro.
La unidad fetal, pionera en Latinoamérica, funciona en convenio con las maternidades del hospital Argerich y Sarda, que es donde se realiza el seguimiento médico de la madre durante el embarazo.
También se incorporará, con el consentimiento de las madres, la donación de la placenta para el Banco de Tejidos del Garrahan, cuando el nacimiento se lleve a cabo en el hospital.
El 60 por ciento de la mortalidad infantil se produce antes de los 28 días de vida, y el 25 por ciento de estas muertes se producen por malformaciones congénitas.
Fuente: Télam