«Hubo un muy buen clima» en el acto en Tucumán, señaló. Capitanich, más cauto: «No soy clarividente para percibir actitudes».
El gabinete kirchnerista tuvo que salir a dar explicaciones sobre las más que evidentes muestras de fastidio que expresaron ayer mientras el vicepresidente Amado Boudou brindaba un encendido discurso contra los fondos buitres en el acto por el Día de la Independencia en Tucumán.
Las repercusiones por las caras largas de los ministros y el áspero saludo entre Boudou y Florencio Randazzo, obligaron a Agustín Rossi a salir a negar lo que fue más que evidente y ni siquiera la trasmisión oficial pudo ocultar.
El ministro de Defensa indicó que «para nada había incomodidad» entre los miembros del gabinete por la presencia del vicepresidente Boudou en el acto y criticó que se esté «haciendo una lectura política de un hecho absolutamente insignificante».
«Hubo un muy buen clima», aseguró Rossi en diálogo con radio Splendid, donde de todos modos admitió que «no» fue «lo mismo que cuando va la presidenta, que por su propia figura genera otras cosas y otros climas». «Fue un muy buen acto, con un muy buen discurso de vicepresidente y del gobernador Alperovich», completó.
Por su parte, Jorge Capitanich fue más cauto que Rossi y evitó hablar del buen clima como Rossi. «No soy ni clarividente, ni psicólogo, ni psiquiatra como para percibir actitudes de las personas respecto de la presencia del vice y el vínculo entre el vicepresidente y sus funcionarios», afirmó.
«Me excede en mi capacidad de interpretación», se excusó el jefe de Gabinete, que agregó que «todos los otros gestos o interpretaciones forman parte de una comidilla que no merece siquiera ningún tipo de adjetivación».
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