Nueva modalidad delictiva: amenazan con matar a la mascota para entrar en la casa

Sorprenden a los vecinos cuando sacan el perro a pasear; en otra forma de engaño hablan en la puerta del edificio y simulan que un conocido baja a abrirles la puerta

La inseguridad urbana se desarrolla en un contexto en el que al Estado le resulta imposible prevenir todas las situaciones, y en el que los delincuentes imaginan trucos para sacar provecho y golpear. Un contexto en el que a esa «inteligencia» delictiva se le debe oponer la contrainteligencia, con medidas de autocuidado, personal y comunitario.

Las entraderas son, hoy, una de las manifestaciones más extendidas de esa inseguridad. Amenazar con matar al perro que el dueño de casa sacó a pasear. Armar una puesta en escena en la que un hombre camina hacia la puerta del edificio y cuando está por entrar o salir algún vecino simula atender el celular y dice «dejá, no bajes que acá me abrieron». Estos son algunos de los ardides que los delincuentes despliegan para entrar y saquear departamentos.

Algo tan normal como sacar a pasear al perro parece haberse convertido en una de esas situaciones peligrosas en un sector de Caballito. Allí, varios vecinos han sido atacados por delincuentes que los interceptaron en la vereda y amenazaron con matar a la mascota si no los llevaban hasta el edificio en el que viven.

En los últimos días, una de las entraderas con esta modalidad ocurrió en las inmediaciones del cruce de Yerbal y Morelos, donde una jubilada, a las 23, sacó a pasear a su pequeña perra maltesa, como cada noche.

Casi no había nadie en la calle y pocos vehículos circulaban por allí cuando fue sorprendida por detrás por un hombre de entre 20 y 25 años que la empujó, al tiempo que tomó a su mascota, a la que le puso un cuchillo de cocina en el cuello. Así obligó a la mujer a que la llevara a su casa, a menos de 100 metros de ahí. El ladrón se llevó el dinero de su jubilación y pequeños efectos de valor. A partir del asalto que sufrió, llena de temor, la mujer, que vive sola, cambió el hábito de sacar a su perra después de cenar y lo hace por las mañanas.

OTRA FORMA DE ENGAÑO

Hace tres semanas, en el barrio de Flores, se registró una entradera con otro modus operandi. Ocurrió en la puerta de un edificio de diez pisos situado muy cerca de Rivadavia y Boyacá. A las 22, dos jóvenes de entre 25 y 30 años, bien vestidos, hablaban en la vereda. Vieron llegar a una mujer, propietaria de uno de los departamentos del séptimo piso. En ese momento uno de los jóvenes comenzó a hablar en voz alta por su celular, como si hablara con un vecino del edificio. «Sí, te estoy tocando el portero y no me respondés. Dale, bajá a abrirme. Te espero, listo.»

Ese comentario pareció haber disminuido el nivel de desconfianza de la mujer, que confiadamente sacó sus llaves para abrir la puerta de calle: de inmediato los jóvenes sacaron armas de fuego, la empujaron y entraron en el hall de entrada: no sólo se llevaron dinero y algunas joyas de su hogar, sino ropa, casi todos los electrodomésticos y una TV LCD, que cargaron en un auto que habían estacionado en la puerta.

VENDEN LAS LLAVES

«Un morral o una cartera robada por un arrebatador es como una «vaca», se aprovecha todo. El ladrón «descuidista» sabe que en el bolso, además de dinero en efectivo, puede encontrar tarjetas de crédito y débito que venderá al delincuente que se ocupa de comprar artículos electrodomésticos con los plásticos o que hace duplicados de las bandas magnéticas para saquear cuentas de ahorro», explicó un veterano oficial jefe de la Policía Federal, que solicitó mantener su nombre en reserva.

«El arrebatador también se convirtió en una fuente de obtención de llaves de edificios para las bandas que se dedican a cometer entraderas o escruches, tal como se conoce a la modalidad del robo de viviendas o departamentos en ausencia de los moradores. En los últimos doce meses la policía apresó a varios descuidistas que admitieron que vendían las llaves a delincuentes y las cobraban según la zona y la categoría del edificio del que había salido la víctima del robo», agregó aquel jefe policial.

La forma en que consiguen las llaves de los edificios los delincuentes que se dedican a esta variante del delito constituye un elemento que se modificó a través de los meses.

Por ejemplo, para una banda desbaratada hace seis meses por la Policía Federal, la fuente de obtención de las llaves de los edificios era un gasista que se había ganado la confianza de varios encargados y administradores de inmuebles del centro porteño, quienes, para no demorar las reparaciones, facilitaban las llaves al técnico.

SOSPECHA EN RECOLETA

Prueba de que existen fuentes de obtención de llaves de edificios fue la denuncia que hizo Nelson Durisotti, presidente de la Asociación Barrio Recoleta. «Un hombre muy bien vestido se acercó con varios manojos de llaves a los edificios y probó abrir distintas puertas. El horario de acción de este sospechoso fue entre las 13 y las 16. Se detectó esta modalidad en Palermo, Recoleta, Belgrano y Caballito», dijo.

Algunas de las bandas dedicadas a cometer asaltos en edificios que fueron desbaratadas en los últimos meses por la Policía Federal estaban integradas por colombianos. Uno de esos grupos tenía nueve miembros que se movilizaban en dos motos y dos autos que alquilaban en Pilar. Cambiaban de vehículos cada cinco días y actuaban armados.

El jueves pasado, un ladrón colombiano fue detenido cuando pretendía ingresar para robar en un edificio situado en Junín al 100. Para entrar iba a usar una llave que aparentemente había perdido uno de los vecinos.

CÓMO PREVENIR ESTE TIPO DE DELITOS

Cambiar la hora de pasear al perro

Saque a pasear al perro en horarios en los que haya vecinos en la calle y camine por lugares iluminados para evitar ser interceptado por delincuentes.

No demorar la despedida

Evitar la permanencia de personas mayores de la familia en la puerta del edificio. Los ladrones pueden abusar de esa circunstancia para ingresar.

No quedarse en la puerta del edificio

Al llegar a su domicilio lleve discretamente las llaves en la mano; no pierda tiempo buscándolas en la puerta. Evite prestar atención a extraños al edificio..

Fuente: La Nación