Confirman que son 143 las cajas de seguridad robadas en el Banco Provincia

Lo dijo el vicepresidente de la entidad. Además, informó que hoy sólo serán atendidos los clientes afectados. En la sucursal de Belgrano hay un grupo de escribanos realizando un inventario de las cajas violentadas.

El vicepresidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, confirmó que en total fueron violentadas 143 cajas de seguridad en la sucursal de Belgrano y calificó el hecho como «casi cinematográfico». «Hay otra serie de cajas que presentan alguna violencia en la bisagra, pero no en la cerradura», agregó.

Durante el día de hoy, en la sucursal de Cabildo y Echeverría sólo serán atendidos los dueños de las cajas de seguridad. Las puertas permanecerán cerradas para el resto de los clientes.

Marangoni expresó que los casos se analizarán «puntualmente en la medida de que los clientes puedan también aportar junto con sus palabra otros elementos de prueba, y se contemplará cada situación más allá de cualquier límite o tope».

Al respecto, esta mañana, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aseguró que «sería saludable revisar» por qué no se les prestó atención a las alarmas, al tiempo que destacó que el Banco Central «está trabajando en las medidas de seguridad» para protección de empleados y clientes. «En este caso, por lo que dicen ha habido señales en las alarmas a las que no se han prestado atención y, a partir de ese momento, todo tipo de propuestas falla», dijo el jefe de ministros a radio La Red.

Marangoni dijo que «cuando suena una alarma se le da parte a la policía que se acerca a la sucursal» y que «hay una central del banco que registra que le da parte a la Policía Federal».

Con un trabajo de al menos seis meses de planificación, los boqueteros cavaron un túnel de casi 30 metros y durante el fin de semana largo por los festejos del Año Nuevo desembocaron justo en el tesoro de la sucursal ubicada en Cabildo 1999. Tras violentar las cajas, los ladrones se fueron reptando por donde habían llegado. Trabajaron hasta ayer a la mañana y escaparon cerca de las 7, apenas tres horas antes de que el banco se llenara de gente. La alarma había sonado al menos tres veces, pero nadie actuó.

El botín aún no ha sido estimado oficialmente, pero un cálculo conservador de 50.000 dólares por cofre (monto que admiten como indemnización por contrato la mayoría de las entidades) suma seis millones y medio de dólares. Claro que la cifra final se tendrá sólo cuando las víctimas declaren ante el fiscal Martín Niklison.

El golpe se descubrió cuando los empleados entraron al sector de cajas de seguridad, ubicado en el subsuelo. El desorden era tal y el hueco del túnel tan pequeño (40 centímetros por 40) que la Policía tardó dos horas en darse cuenta por dónde habían entrado los ladrones . «Al principio pensamos que lo habían hecho por la puerta y contando con la combinación del Tesoro. Recién cuando comenzamos a mover las cajas descubrimos el túnel», confió a Clarín uno de los investigadores.

Se habló de que habían cavado desde el subte de la línea D –que recorre Cabildo–, luego se dijo que habían usado las cloacas. Finalmente, a media tarde, se allanó una propiedad ubicada a 25 metros del banco (Cabildo 1971), donde hasta mediados de 2010 había funcionado un consultorio odontológico. Allí, al pie de una escalera que da al primer piso, estaba el hueco por donde la banda había comenzado su trabajo.

En total los ladrones cavaron (a unos cinco metros de profundidad) un cuarto de cuadra. Pasaron por debajo de un local de venta de telefonía, por debajo del bar Pompeii y llegaron a la altura del banco, momento en que comenzaron a cavar para arriba nuevamente.

Algo del último tramo de trabajo captaron las alarmas antisísmicas del Provincia, porque sonaron cerca de las 14 del jueves 30. «Los empleados se fueron a fijar en la bóveda pero no vieron nada; a esa altura todavía no habían entrado», explicó el fiscal Niklison.

Las alarmas conectadas a la Policía y a una central de la entidad siguieron sonando (lo hicieron al menos dos veces más, la noche del domingo 2 de enero) pero los policías de la comisaría 33a. no tenían acceso a la sucursal: fueron hasta la puerta, no notaron nada y se fueron. Quince días atrás las alarmas se habían accionado varias veces cuando en el Bar Pompeii hicieron algunas refacciones, recordó ayer Alfredo Piñera, dueño de ese local.

Lo que pasó dentro de la bóveda fue captado, aunque con poca nitidez, por una de las cámaras ubicadas en el sector de cajas. El viernes 31 por la mañana, ya con el banco vacío de empleados, uno de los ladrones (se ve a tres, en total) asomó su cabeza desde adentro de una de las cajas. ¿Que había pasado? El túnel no salió limpio a los pasillos sino en medio de un sector de cofres que debieron romper para meterse en la bóveda.

Lo curioso es que no comenzaron a saquear las cajas en ese momento. Como si no quisieran perderse los festejos de Año Nuevo en familia, la banda recién reapareció en el tesoro el domingo 2 de enero a la noche. Una hipótesis de los investigadores es que tal vez suspendieron esperando contar con algún tipo de cobertura externa disponible recién después de Año Nuevo. Trabajaron sólo a partir del 2, en las cajas más grandes, y recién pararon ayer por la mañana.

Fuente: Clarín