Estaban viendo por televisión el partido Brasil-México en un local, uno de los pocos en Nigeria donde se puede ver el Mundial, cuando estalló la bomba. El saldo: 21 muertos, en un país donde los integristas islámicos consideran al fútbol una perversión occidental.
Nadie se atribuyó el ataque pero parece llevar la firma del grupo islamista Boko Haram, el mismo que secuestró en abril a más 200 chicas de un colegio y a las que aún retiene, sin que nadie sepa dónde están o como rescatarlas.
Este atentado es el último de una larga serie de ataques casi diarios atribuidos a Boko Haram.
Según los habitantes de Damaturu, capital del Estado de Yobe (norte), la bomba estaba escondida en un pequeño vehículo situado frente al centro de retransmisión del partido, donde muchos aficionados estaban congregados viendo el partido de Brasil contra México en una pantalla gigante.
La explosión tuvo lugar ya entrada la noche, apenas 15 minutos después del inicio de este partido en Fortaleza, indicó el jefe de policía del estado de Yobe, Sanusi Ruf’ai.
«Recibimos 21 cadáveres y 27 heridos» después de la explosión, declaró una fuente del hospital Sani Abacha, quien precisó que entre las víctimas, trasladadas por el ejército y la policía, se encuentran «hombres jóvenes y niños».
(Fuente: Agencias)