La fiesta de apertura de la Copa del Mundo fue una de las más cortas de la historia pero con una fuerte apuesta artística y tecnológica. Imperdible.
Los grandes eventos deportivos siempre cuentan con una gran ceremonia de apertura. El Mundial de Brasil 2014 no fue la excepción y con una gran apuesta artística y tecnológica, apuntó a ser una de las mejores. Un récord tuvo seguro: fue la inauguración más corta de la historia con 25 minutos de ceremonia.
La gran atracción fue la «pelota viva», una esfera gigante de LED que recorrerá todo el estadio y busca asombrar al mundo. Hubo 600 artístas en escena y demandó más de 80 horas de práctica. Cabe destacar que todos los participantes lo hicieron sin recibir un solo real.
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