La policía lanzó gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo para dispersar manifestantes antiCopa en Sao Paulo. Allí se inaugura el Mundial de fútbol, con más de 60 mil personas en el estadio.
Un centenar de manifestantes, muchos del colectivo anarquista Black Bloc, vestidos de negro y con el rostro cubierto, rompieron carteles de señalización, semáforos y montaron barricadas en llamas en una céntrica avenida.
Lanzaron botellas de cerveza y piedras contra la policía, que los dispersó con gases lacrimógenos, balas de goma y bombas de estruendo.
Los manifestantes buscaban acercarse lo más posible al estadio Arena Corinthians, donde el Mundial se inaugura a las 17h00 (20h00 GMT) ante más de 60.000 hinchas y 12 jefes de Estado y de Gobierno.
Los enfrentamientos tuvieron lugar luego de que policía utilizó balas de goma y gases para dispersar otra protesta más pequeña cerca de la estación de metro Carrao de Sao Paulo.
Ese grupo, que llevaba una pancarta que rezaba «Si no tenemos derechos, no habrá Copa», también quería marchar hacia el estadio, pero la policía de choque, equipada con grandes escudos, los dispersó antes del arranque.
Un policía disparó balas de goma contra un manifestante sin camiseta que se ubicó en medio de la calle y se negaba a partir. La policía luego lo detuvo.
«¡No habrá Copa!», cantaban los manifestantes antes de ser dispersados, una frase que se ha convertido en el lema de muchos brasileños indignados con los 11.000 millones de dólares que el Mundial costará a los contribuyentes brasileños, y que reclaman para la educación, la salud, la vivienda y el transporte.
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