Cuáles son las 4 medidas que el Gobierno prepara para bajar las tasas de interés

Mientras el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, anuncia hace varias semanas que el Gobierno piensa ponerle freno a las tasas de interés, el Banco Central trabaja en una regulación que comenzaría a aplicar en los próximos días y que involucra a todo el universo de tasas de interés de los créditos de bancos y financieras.

El riesgo está en que, si las resoluciones técnicas no están diseñadas a consciencia, esto puede afectar la solvencia de los bancos y, por ende, hacer que en lugar de prestar más, presten menos, lo que profundizaría la crisis del consumo.

Por lo tanto, en el Banco Central ratifican que trabajan en el spread (la diferencia) de las tasas de interés desde hace una veintena de días.

En el esquema que pretende implementar el BCRA existen, al menos, cuatro pilares en los que se basará la nueva regulación, publicó El Cronista. Los mismos serían:

1. Todas las tasas
Todas las líneas de crédito serán reguladas. Prendarios, hipotecarios, personales, tarjetas de crédito, adelantos, etcétera. Esto va en contra de lo que habían señalado oportunamente desde el ministerio de Economía, a propósito de regular sólo las tasas que se aplican a las tarjetas de crédito (de hecho son las únicas que hoy ya están reguladas).

Hace algunos días, trascendió que se pensaba poner el foco en este tipo de créditos porque la variación brusca de una tasa de interés afecta directamente a quienes están endeudados con tarjeta de crédito sin que puedan hacer algo al respecto, es decir, la tasa cambia automáticamente. En cambio, en Economía sostenían que para los préstamos personales, la decisión corre por el lado del tomador del crédito.

2. Diferencia entre tasa activa y pasiva
El Gobierno va a poner el foco en la ganancia propia de los bancos en el negocio de la intermediación financiera, pero va a aplicar su rigor regulatorio en los puntos adicionales de tasa que suman las entidades.

En este sentido, la referencia será la tasa pasiva del Banco Central, es decir, la tasa de interés que le paga el BCRA a las entidades cuando quiere colocar bonos.

«Si el Banco Central les ofrece 25% de tasa por un bono, el banco no puede cobrar un crédito al 70%. Va a tener que tener un spread razonable, es decir, que la distancia entre una tasa y la otra sea normal», señalan las fuentes.

3. Plazo fijo
De la misma forma se analiza por estas horas que la tasa a la que toman dinero los bancos guarde una relación con la de los préstamos. Si el Banco Central le ofrece 25% por una tasa de interés de una Letra o bono, entonces en el Gobierno van a poner regulaciones que le pongan un piso mínimo a la tasa que se ofrece en los plazos fijos.

Esto significará que las entidades financieras que coloquen su dinero a tasa en el Banco Central también deberán ofrecerle al inversor minorista una tasa más atractiva por sus plazos fijos.

4. Sustentabilidad
Trascendió que las regulaciones no serán iguales para todos. Es decir que estarán relacionadas con la cantidad de depósitos que tengan las entidades, los niveles de mora y hasta el patrimonio.

Esto, seguramente, abrirá un frente diferencial en el negocio de la intermediación y a algunas entidades les será más rentable prestar que a otras.

Un problema de larga data
Este proyecto de regulación confirma lo que viene dando cuenta iProfesional desde hace un tiempo atrás, donde informó que existen bancos que cobran hasta un 360% de interés por un crédito personal.

Las altas tasas de interés están en el ojo de la tormenta. Según las propias entidades financieras, son altas por la propia política del Banco Central y por el incremento de la inflación. Pero, desde el lado del Gobierno, son injustificadas dado el nivel de ganancias que tiene el sector bancario.

Ya el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo hace unas semanas atrás: «Observamos un comportamiento asimétrico entre entidades financieras, cooperativas, cajas de crédito, asociadas a préstamos personales».

«En algunos casos son usurarias», exclamó, para luego dar cuenta de que «allí es donde deben propender dos acciones posibles: la autorregulación o, eventualmente, la actividad regulatoria por parte del Estado».

Lo cierto es que en los últimos meses hubo una contracción en los préstamos otorgados, por las siguientes causas:

• Un marcado freno en la actividad económica.
• Caída del poder adquisitivo del salario.
• Incertidumbre sobre la evolución futura del empleo.
• Mayor cautela a la hora de tomar deuda.
• La suba de las tasas de interés.

Si bien todos estos factores revisten particular importancia, el último de ellos -el alza de los intereses- fue la consecuencia directa de una decisión de política monetaria por parte del BCRA.
infobae.com