Lionel Messi espera mostrar su mejor cara en la Selección, tras un año difícil en Barcelona. “Estoy tranquilo, sé lo que puedo dar”, aseguró la Pulga, que ya descansa en Rosario. Este lunes se presentará a las prácticas.
Ezeiza, 4 AM. Decenas de periodistas, varios custodios personales y muchos curiosos. Dentro del avión que acababa de llegar, un hombre. El hombre. La escena invitaba a huir, como tantas otras veces de tragos amargos y forcejeos. Pero no. Lionel Messi sorprendió y, sin acusar los efectos del jet lag, se puso a hablar delante de un ramillete de micrófonos. “No hay vuelta atrás”, “hay que pensar en lo que viene”, “desconectar”, “va a ser otra historia”. La Pulga, golpeado por los últimos avatares de Barcelona, arribó a la Argentina, donde se siente como en casa.
“Sé que ahora llego con la Selección. Cambio el chip. Antes no me salían las cosas acá e iba al Barcelona y jugaba bien, esperemos que esta vez sea al revés”, se descargó Leo, que en la temporada sólo levantó la Supercopa de España, allá lejos en agosto. Acá cerca, anteayer, el rosarino firmó la actualización de su contrato. Y no dejó pasar la oportunidad para reiterar que su estadía en el Barça no es necesariamente eterna. “Dije muchas veces que es mi casa, pero el día que no me quieran más me voy. Si hay que gente que duda y quiere que me vaya, no tengo problema. En la cancha a veces se escuchan murmullos, ya lo dije: no tengo problema”, remarcó Messi, que había estirado hasta último momento el suspenso sobre su nuevo vínculo. “Fue un año complicado, pasaron muchas cosas, lo mio no fue fácil por lesiones y cosas fuera del fútbol, terminó de esta manera y hay que pensar en lo que viene. Tuvimos la oportunidad de hacernos con la Liga y no lo aprovechamos”, sentenció, al mismo tiempo que se lamentó por la marcha de Martino.
La temporada en España terminó. Muchos se fueron, entre ellos el Tata. Otros llegaron, con Luis Enrique a la cabeza. Ahora es tiempo de otra cosa. “Estoy contento de volver otra vez a la Argentina y pensar en lo que se viene, que es algo muy importante para nosotros”, dijo Lionel, que también pidió la colaboración de sus compañeros: “El Mundial de Argentina no será solamente el mío”. Y se ilusionó con una Copa bien celeste y blanca, con olor a milanesas y sabor a mate: “Va a ser complicado por ser en Brasil pero la gente está cerca, va a estar lleno de argentinos. Estamos cerquita, con muchas ganas de que arranque”.
Messi toma aire. Respira. Se le vienen un par de días en Rosario para “desconectar de todo y disfrutar con mi gente”. Celia, Jorge y sus hermanos lo esperan para disfrutarlo. A partir del lunes lo prestarán para que todos los argentinos disfruten con él: “Cuando me junte con mis amigos va a ser otra historia. Sé lo que puedo dar, tengo ganas de empezar a entrenar. En el predio va a haber aire nuevo”.
Fuente: La Razón