Impuso la ley marcial para llevar orden al país, tras seis meses de agitación política. Negó un golpe de Estado. La seguridad pública, la radio y la TV quedaron en manos de los militares.
El poderoso ejército de Tailandia impuso la ley marcial antes del amanecer y desplegó tropas en el centro de Bangkok, una medida dramática cuyo fin, se dijo, es estabilizar al país del sudeste asiático tras seis meses de agitación política.
La primera medida fue censurar todos los medios de comunicación. La radio y la TV están ahora en manos de los militares.
Durante la mañana el ejército emitió varios edictos. Uno de ellos solicitaba a estaciones de radio y TV que dejaran de transmitir su programación normal y emitieran información de los canales militares cuando se les pidiera.
Al menos 10 estaciones privadas de televisión dejaron de transmitir luego de que soldados armados ingresaran a sus instalaciones y les pidieran hacerlo.
Las fuerzas armadas insistieron, sin embargo, que no se prepara un golpe de Estado.
La sorpresiva operación que deja en manos del ejército la seguridad pública en todo el país tiene lugar mientras se profundiza la incertidumbre sobre la suerte de la nación, un día después de que el primer ministro interino Niwattumrong Boonsongpaisan se negara a renunciar ante las prolongadas manifestaciones antigubernamentales.
En una avenida importante frente a unos de los centros comerciales más lujosos del país transeúntes miraban con atención a soldados a bordo de jeeps que tenían ametralladoras montadas, quienes desviaban el tráfico. La atmósfera no era tensa y los ciudadanos se detenían a tomar fotografías con sus teléfonos móviles. Y rápidamente el hashtag #MartialLaw de viralizó el las redes sociales.
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