Ramón y Cavenaghi volvieron para recuperar la grandeza de River y están a 90 minutos de lograrlo. El entrenador y el capitán son el alma de este equipo.
Hoy, hoy, hoy, hoy…”. Sí, hoy es el día que esperó Ramón Díaz desde que volvió a River. El que desea desde hace 12 años, cuando José María Aguilar le cerró la puerta del Monumental y lo condenó al exilio sin ninguna lógica riverplatense. Es el día para que suene, más fuerte que nunca, que el Pelado Díaz volvió a River para ser campeón. Para ser el técnico más campeón de la historia y estirar la ventaja con el eterno Angel Labruna. Para ser, definitivamente, leyenda. También es el día de Fernando Cavenaghi. Otro ídolo que fue deportado de Núñez por el otro presidente que arruinó al club (¿hace falta nombrarlo?), apenas horas después de que el Torito cumpliera su objetivo de sacar al equipo de la B. Ese primer regreso elevó para siempre al Cavegol a la condición de ídolo, aunque él no logró disfrutar a pleno esa etapa porque “la pasamos muy mal”, repite. Claro, ese no era River. El River de hoy sí es River. Su River.
Ramón y Cavenaghi son el alma del renacimiento y del reencuentro con la gloria. El conductor y el capitán. Triunfar con la camiseta de la Banda está en sus destinos igual que el gol. “Fue muy importante la llegada de Cavenaghi porque es un líder, conoce lo que es River y les trasmitió a los jóvenes lo que significa este club”, explicó el prócer riojano.
Es el dúo dinámico esta tarde puede quedar en la historia. Volvieron para ser campeones. Para que River vuelva a ser River. El día es hoy, de la mano de ellos. Porque Ramón y el Cavegol son River. Son mucho más que dos.
Fuente: Olé