Los familiares del paciente trasplantado del corazón al que un piloto ayudó al transportarle el órgano bajo circunstancias sumamente adversas, agradecieron la “valentía” del aviador, Claudio Pistone, quien logró sortear la escasa visibilidad que generaba la niebla en el aeropuerto y llegar con el corazón a Córdoba.
“Nos quedaba muy poco tiempo, nos decían los médicos. Estábamos a minutos de no poder implantar el corazón”, dijo el piloto.
Pistone aterrizó minutos antes de las 8 en el Aeropuerto Córdoba bajo riesgo extremo, porque la visibilidad era casi nula. El avión había viajado a Córdoba desde Buenos Aires a buscar a los médicos y desde allí se dirigió a Mendoza para realizar la intervención con el donante, para luego regresar a la ciudad mediterránea.
Pistone, su copiloto Martín Herrera y un equipo de cinco médicos deberían haber partido desde Mendoza a las 5, pero las condiciones de Córdoba se lo impedían. Pero cuando llegó el aviso de que la niebla se iba por segundos, el equipo decidió viajar a Córdoba y apostar todo a que al acercarse al aeropuerto Ambrosio Taravella existiera la visibilidad mínima de 800 metros, y así logró llegar a destino.
El paciente, un hombre de 52 años, quien vive en la zona rural de Monte Cristo, estaba en el quirófano del sanatorio Allende desde las 4.45. El avión aterrizó poco antes de las 8 y a las 8.40 ya estaba implantado el corazón.
El director del hospital Allende, Mario Sorbera, dijo que el paciente se recupera “satisfactoriamente” tras la operación que concretó el cirujano cardiovascular Roque Córdoba.
“La esposa e hijos estamos profundamente agradecidos por la valentía para arriesgar su vida, para llegar a tiempo y salvarle la vida a mi papá”, dijo ayer una de las hijas del paciente.
Fuente: http://www.quilmespresente.com/notas.aspx?idn=547246