Lo confirmó el propio secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien dijo que se intensificaron los pactos de cooperación con la agencia norteamericana para cruzar datos y organizar cursos de capacitación. Este acercamiento marca un cambio sustancial con respeto a la gestión de Nilda Garré, que se oponía al trabajo conjunto entre los dos países
Pese a las constantes críticas a los Estados Unidos por su rol en el aumento del tráfico y consumo de drogas por parte de funcionarios kirchnerista de primera línea, el gobierno nacional decidió retomar su relación con la DEA (Drug Enforcement Administration), la agencia norteamericana de lucha contra el narcotráfico.
«Hemos intensificado los acuerdos de cooperación con la DEA para cruzar datos y organizar cursos de capacitación, pero porque en la Argentina hay un mayor trabajo de control y combate contra el narcotráfico», dijo el secretario de Seguridad a La Nación, según consigna el matutino en su edición de hoy.
Lejos de querer llamar la atención sobre esta iniactiva, que va en contra del discurso oficial que minimiza el problema del narcotráfico en Argentina, Berni aclaró que se trata de algo «normal» y que también se avanzó con acuerdos con otros países Europa en el combate contra la droga.
De acuerdo a la información de La Nación, entre lo pactado entre funcionarios de los dos países se incluye «el permanente intercambio de información sensible a poner en marcha operativos contra las bandas narcos del país».
Además, también se organizarían cursos dictados por expertos de la DEA para personal argentino. El mes pasado, agentes del área de narcocriminología asistieron a cursos de capacitación de la oficina antinarcóticos de los EEUU en Colombia.
De todas formas, Berni dejó claro que esto significa que la DEA podrá operar en el país. «De ninguna manera», fue la respuesta del secretario de Seguridad ante la consulta del periodista de La Nación. Y aclaró para delimitar el poder de actuación de la agencia: «Sería ridículo que otras áreas mantengan una relación con la DEA cuando no la necesitan. Ni siquiera la Sedronar, que ahora tiene una visión más preventiva del tema drogas, tiene que sentarse con la DEA».
Este acercamiento entre el gobierno nacional y la principal agencia anti-drogas del mundo es un claro viraje con respecto a la política de cooperación durante la gestión de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, quien se oponía al trabajo en conjunto entre los dos países.
Durante esos años, el propio canciller Héctor Timerman llegó a provocar un recordado encontronazo diplomático con los EE.UU. cuando incautó de un avión norteamericano que había aterrado en Ezeiza contenedores con materal destinado al adiestramiento de un grupo de elite de la Policía Federal.
Fuente: InfoBAE.com