Ucrania resolverá aún por la fuerza la crisis en la pro rusa Lugansk

Ucrania afirmó que el conflicto en la ciudad oriental de Lugansk, donde activistas pro rusos ocupan desde el domingo la sede del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU), quedará resuelto, de una u otra manera, en las próximas 48 horas.
«La solución se encuentra en dos planos: primero político y luego de fuerza. Estoy convencido de que ambas opciones son posibles», aseguró a la prensa el ministro de Interior ucraniano, Arsen Avakov.

El funcionario recalcó que se les ofrecerá diálogo «a quienes estén dispuestos a dialogar», pero advirtió que «los marginales que quieren enfrentamiento recibirán una respuesta de fuerza del Estado».

«La solución a esta crisis se producirá dentro de la próximas 48 horas», señaló Avakov, quien recordó que en tres regiones de Ucrania oriental -Lugansk, Jarkov y Donetsk- se decretó régimen de operación antiterrorista, por lo que las fuerzas especiales pueden actuar en cualquier momento.

Las autoridades ucranianas informaron que 56 personas presuntamente retenidas en la sede del SBU lograron abandonar hoy el edificio tras negociaciones con los activistas pro rusos que lo ocupan desde el domingo.

«Los ocupantes de la sede permitieron entrar a varios diputados», afirma la nota oficial, que no utilizó la palabra «rehenes» para referirse a las 56 personas que abandonaron, «sin armas», el edificio.

Según las autoridades ucranianas, los activistas pro rusos tomaron las armas de la sede del SBU y colocaron minas en su interior.
El jefe del Gabinete, Serguei Pashinski, advirtió que el gobierno empleará la fuerza si los ocupantes de los edificios públicos no los abandonan pacíficamente.

«Si no encontramos la forma de arreglar la situación por la vía pacífica, actuaremos de acuerdo a la ley antiterrorista y a otras normas», declaró ayer Pashinski según informó la agencia de noticias EFE.

Por su parte, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania aprobó la víspera una serie de enmiendas que endurecen las penas por delitos contra el Estado y castigan con hasta quince años de prisión o prisión perpetua las acciones separatistas que conduzcan a la muerte de personas o tengan consecuencias graves.

El lunes, manifestantes pro rusos atrincherados en la sede de gobierno de Donetks, al este de Ucrania, proclamaron su independencia y convocaron a un referendo de adhesión a Rusia, en una repetición casi calcada de los eventos que culminaron con la anexión rusa de Crimea hace casi tres semanas.

Desde que las protestas pro occidentales triunfaron en Kiev a fines de febrero pasado, grupos de manifestantes pro rusos comenzaron a levantarse en algunas ciudades del este de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia, en contra de las nuevas autoridades, a las que acusan de proteger a sectores ultranacionalistas y antirusos.
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