¿Qué piensa usted sobre el cambio climático?

Por Carlos Ortiz Cornejo, Secretario Ejecutivo del ILA y Secretario General Adjunto de la FGP       

Rebanadas de Realidad – FGP, Lima

Escuchamos voces poco convincentes de los gobernantes de turno, principalmente de los llamados del primer mundo, sobre un problema tan importante de resolver como es la vida en nuestro planeta, la casa global como muchos expertos la llaman.

Pero en verdad estarán preocupados los Jefes de Estado de salvar nuestro planeta?, al parecer, creo que no porque firman declaraciones y no las cumplen porque de por medio está la inversión extranjera que pone las reglas.

Un artículo de Álvaro Durand, publicado este domingo en el Diario 16 de nuestra capital titulado ¡La catástrofe climática está a la vuelta de la esquina!, esto no es un cuento, es verdad porque lo sustenta sobre el V Informe Evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, o IPCC por sus siglas en ingles. Señala que si no queremos leer las mas de mil páginas escritas por más de doscientos cincuenta científicos de treinta y nueve países (y otros mil expertos que revisaron el informe antes de su publicación en setiembre de 2013), estoy seguro que valdría la pena tomarlo en cuenta y divulgarlo.

El cambio climático es real y los responsables somos nosotros. En este articulo se señala las principales conclusiones de este informe sobre lo que nos espera si es que no se hacen correcciones de inmediato.

Los científicos del IPCC consideran que el 95% de la evidencia señala que el principal responsable del calentamiento global generado en los últimos sesenta años es el ser humano. Los expertos también coinciden en que si no disminuimos drásticamente las emisiones de CO2 (la quema de energías fósiles principalmente), la depredación de los recursos, el consumo desmedido y el mal manejo de los desechos, esto originaría un aumento inevitable de dos grados centígrados en la temperatura hacia finales de siglo, lo que repercutiría en trastornos climáticos incontrolables.

El deshielo de los casquetes polares inundaría ciudades enteras y cambiaría los ecosistemas del mundo. Especies enteras en nuestro planeta desaparecerían. Los desplazados por el cambio climático se contarían por millones. En este nuevo escenario, las catástrofes climáticas de gran magnitud, o lo que antes llamábamos tormentas del siglo, podrían asolarnos cada veinte años. De hecho, ya hemos visto algunas. Y pone como ejemplo…¿O creías que el huracán Katrina o el vértice polar que azotó Nueva York hace poco fueron eventos aislados?.

Aseguran que el panorama para América Latina es sombrío. El Perú, por ejemplo, a pesar de que emite menos del 1% de los gases de efectos invernadero, es el tercer país más vulnerable frente a los efectos del cambio climático. Los sectores más afectados serian la agricultura, la pesca y el turismo. Se dice que las inundaciones y sequías van a afectar negativamente la producción de maíz, papa y arroz, parte de la canasta básica familiar.

Y es que somos uno de los países con mayor diversidad biológica. Poseemos 27 de los 32 climas del mundo, 84 de las 104 zonas de vida en el planeta, el 71% de los glaciares tropicales del mundo y el segundo bosque amazónico más grande después de Brasil, entre otras riquezas ecológicas que entrelazan la economía y nuestras vidas al clima.

Sin embargo, Lima se sigue moviendo con un parque automotor obsoleto que contamina el aire con niveles de azufre que superan el 47.2% y continua desaguando sus desperdicios en el mar que baña sus costas. La ciudad de la Oroya se mantiene inscrita en la penosa lista de las diez ciudades más contaminadas del planeta y en la selva la minería ilegal sigue talando bosques vírgenes y derramando mercurio, plomo y arsénico en los ríos, contaminándolos y matando toda posibilidad de vida.

Muchas empresas formales también contaminan la tierra, a sus habitantes y al agua que consumen, pero luego son blindadas desde la CONFIEP y la cartera de Energía y Minas. Así funcionan las cosas en el Perú, el que puede hace lo que quiere.

Si no, habría que preguntarle a la minera Yanacocha por el derrame de mercurio en Choropampa hace quince años, o su reciente intento por sacar las cabeceras de cuenca en Conga y las muertes que ya va sumando su proyecto. Dice también, preguntemos a la OXY y a Pluspetrol por lo sucedido en las cuencas de los ríos Pastaza, Corrientes y Tigre, en el norte de Loreto. Y preguntemos nuevamente a Pluspetrol por el derrame de crudo en territorio de la etnia Kokama, en el lote 8x, en pleno Parque Nacional de Pacaya Samiria.

Pero preguntemos a la candiense Pacific Rubiales cómo ha logrado detener la creación del Parque Nacional Sierra del Divisor en la frontera con el Brasil. Y al grupo Palmas, de Dionisio Romero, por las más de veinte mil hectáreas de bosques primarios que pretende arrasar en Loreto para sembrar palma aceitera en nombre del desarrollo y de los cultivos alternativos. ¿Informaran sobre las toneladas de CO2 que liberan con la deforestación?. Lo más seguro es que eso no le importe al gobierno.

También, habría que preguntarle al expresidente Alan García, por la demencial concesión del 70% de nuestra selva concedida para la extracción de hidrocarburos y el cultivo de biocombustibles. La sabanización de la Amazonía a la vuelta de la esquina como se señala. Acaso les importa a los gobernantes las consecuencias que originan las empresas transnacionales mineras sobre el cambio climático.

Mientras tanto, los imponentes glaciares en la cordillera retroceden y el agua en Lima ya empieza a escasear. En la costa norte la sequia y la desertificación comienza a enterrar pueblos como San Pedro de Lloc. El verano ahora es más caliente y la piel duele si la exponemos mucho tiempo al sol. El patrón de las lluvias ha cambiado para siempre. Durante el invierno, la helada golpea más fuerte y con mayor frecuencia. Ahora caen más huaycos, los ríos se desbordan más a menudo y hay más inundaciones. Aunque los políticos y las empresas transnacionales no lo tomen en cuenta los desastres recientes están conectados con el cambio climático.

Álvaro Durand, con este artículo pone en evidencia la falta de responsabilidad de la mayoría de los gobiernos en el mundo entero. En el caso de Perú, sugiere que debemos implementar medidas de mitigación y de adaptación, atraer fondos financieros y de investigación, así como, invertir en sistemas de información porque la mayoría de las poblaciones no están enteradas de estos estudios sobre el cambio climático, las promesas de los gobiernos concertadas en la cantidad de reuniones que se han realizado en diferentes países.

Pero también, es fundamental empezar la transición hacia energías limpias y renovables. Más allá de la energía hídrica, en Arequipa y Puno tenemos un enorme potencial para almacenar energía solar. En la costa norte y sur el viento es favorable para promover la energía eólica. Y desde Cajamarca hasta Tacna, tenemos identificados 156 fuentes de energía geotérmica.

El Perú tiene una oportunidad para poner estos temas en la agenda mundial, esa oportunidad única se va a dar en diciembre de este año durante la Conferencia de la Partes sobre Cambio Climático que se celebrará en Lima durante dos semanas con la participación de doce mil representantes de 194 países y varias organizaciones indígenas que podrían definir el futuro del planeta. Esperemos que las centrales sindicales agrupados en las centrales nacionales e internacionales también participen porque es una responsabilidad de todos.

Lo que si preocupa es que desgraciadamente, las señales desde el gobierno peruano no son positivas. El jueves de la semana pasada, el mismo día en que el empeñoso Ministerio del Ambiente lanzaba la campaña «Pon de tu parte – Compromisos por el Medio Ambiente», el nuevo ministro de Energía y Minas, nos traía de vuelta a la realidad en su primera declaración pública. El flamante ministro anunció un nuevo reglamento de hidrocarburos en el que se eliminan los Estudios de Impacto Ambiental (EIA), por el equivalente de una simple declaración jurada. Así como están las cosas, parece broma que el año 2014 haya sido designado por el gobierno peruano como el Año de la Promoción de la Industria Responsable y el Compromiso Climático.

Concluye diciendo que el presidente ayude a resolver esta crisis teniendo en cuenta la cita histórica a la que nos han comprometido nuestros gobernantes y la catástrofe climática que finalmente ellos han ayudado a generar.