Sorprendió que en la llamada “celebración”, como así calificó Estela de Carlotto la fecha trágica del 24 de marzo, por primera vez en los últimos once años el orador de fondo fue Carlos Zannini, el poderoso Secretario Legal y Técnico de la Presidencia y el único de la íntima confianza de la presidente y su hijo Máximo. De éste se menciona que sería candidato a intendente de Río Gallegos en el 2015 después que Julio de Vido arreglara con el gobernador Daniel Peralta las diferencias que tenían hasta ahora los dos sectores del kirchnerismo. El término “salir del placard” surgió en Hollywood, la meca del cine, referido a cuando una estrella del cine da a conocer públicamente su homosexualidad. En cambio, en este caso, utilizamos el término en relación al abandono del perfil bajísimo que cultivó hasta ahora Zannini. Se trata de un acontecimiento muy importante en momentos en los que circula un libro de un periodista también con apellido Zannini (con una sola “n”) que se titula: “el Creador”, en donde se señala que el abogado cordobés que estaba en prisión el 24 de marzo de 1976 partió hacia el sur y se unió a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández, acompañándolos desde que el ex presidente ganó la intendencia de Río Gallegos en 1987. Luego pasó a ser el asesor jurídico principal y el estratega de aquel que permitió en doce años de gobernación de Santa Cruz el dominio de casi todos los medios de comunicación y de la justicia local. Lo mismo intentó hacer en la Republica Argentina con un éxito incompleto pues, si bien colonizó un importante número de medios de comunicación y neutralizo a casi todos los demás, no pudo voltear al único grupo que no aceptó ser colonizado, es decir Clarín, que acompañó durante los primeros cuatro años la presidencia de Kirchner y logró la fusión de Cablevisión y Multicanal.
Un error atrás de otro
Cuando se dio cuenta de que el kirchnerismo entró en problemas fiscales serios y pegó un manotazo confiscatorio al campo argentino, Clarín decidió que Kirchner había errado el camino y no le quedó más remedio que hacer periodismo independiente antes que dejarse someter como los demás medios de comunicación. Así llegamos a la derrota de junio de 2009. Entonces Kirchner, la presidente y Zannini decidieron impulsar la ley de medios y doblarle el brazo a Clarín. Como no pudieron entonces, el año pasado Zannini lanzó una nueva idea: la convocatoria a la votación popular de los miembros del Consejo de la Magistratura y seis leyes más para cooptar definitivamente el poder judicial. Pero la Corte Suprema le dijo que no a esa aventura que tenía por fin ganar unas elecciones que ya parecía que el gobierno perdía y se pondría fin así a la reelección. Así las cosas, Zannini hizo otra jugada: armó una sublevación policial en su provincia natal -Córdoba- para intervenir al díscolo José Manuel de la Sota y, cuando éste pidió auxilio, se negó a mandar la Gendarmería. La consecuencia fue un amotinamiento en todo el país que lo dejó mal parado.
Su última actividad fue irrumpir en la reciente reunión de gobernadores del PJ para demostrar que la presidente todavía tiene vigencia y que sin ella nada pueden hacer. Todo esto en una semana donde fue cuestionado porque su mano derecha Carlos Liuzzi quedó implicado como socio de una mesa de dinero allanada. Quizás este protagonismo inesperado de la semana pasado lo obligó a su vez a aparecer como orador central del acto del 24 de marzo en donde habló con soltura. Se refirió a la fundación de una nueva fuerza política como sería el cristinismo, cuya columna vertebral sería La Cámpora junto a Unidos y Organizados para presentarse en las próximas presidenciales al margen del peronismo. Para muchos, él aspira a ser candidato presidencial. Mientras tanto, la inflación, la inseguridad, las paritarias sin solución y la pérdida de reservas del Banco Central siguen su marcha ante este aislamiento de la Casa Rosada.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com