Racing hace siete partidos que no gana y necesita sumar de a tres para no caer de lleno en la lucha por la permanencia. Mostaza, además, se juega la última ficha.
Un cóctel explosivo que hoy puede terminar volando en mil pedazos. O no. Un triunfo ante Belgrano, un bálsamo de agua en medio del desierto, será vital para confirmar a Mostaza Merlo en su cargo y tomar un poco de aire en la tabla de los promedios. Porque si bien Racing todavía tiene a varios equipos por debajo, la pésima temporada hizo que le descontaran muchísimos puntos y haya entrado en el incómodo pelotón de los que pelean por mantener la categoría. Una pesadilla que en Avellaneda nadie quiere volver a padecer…
“Miré la tabla. Hay que estar atentos al promedio, porque ahora estamos más cerca. No estoy preocupado sino ocupado”, expresó durante la semana el presidente Víctor Blanco, con la alarma encendida porque el club que preside hace siete partidos que no gana, está último en la tabla de posiciones y no muestra reacción de la mano de Mostaza, un técnico en la cuerda floja y que puede terminar de caerse si esta tarde no puede con los cordobeses, rivales durísimos que se hacen fuertes como visitantes. Si bien el presidente aseguró que el hombre de la estatua tiene banca y no será echado, en el seno de la comisión saben que otra derrota sería irresistible hasta para el DT con la espalda más ancha. Es más, pese a que la conducción pretende mostrar una posición unánime, se sabe que el lunes, cuando se optó por la continuidad, seis de los ocho miembros que votaron se pronunciaron por un cambio de mando. El pedido de Roberto Torres, el dirigente más cercano a Mostaza, a Blanco derivó en una oportunidad más para el técnico campeón en 2001. Pero ya no existirá margen si la sangría no se interrumpe.
Según trascendió, Ricardo Gareca, Rodolfo Arruabarrena y Facundo Sava son algunos de los candidatos que tiene la CD por si la crisis se sigue profundizan y hasta habrían existido contactos informales con más de uno. La gravedad de la situación hace que no exista margen de error ni de tiempo para buscar entrenadores en caso de necesitar un cambio de rumbo de manera abrupta.
Mientras este panorama dibuja el paisaje de Avellaneda, Merlo se aferrará a la poco que tiene.
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