Dormía con su familia en su casa y lo mataron en un asalto

La víctima fue un quintero boliviano. Oyó ruidos, se levantó y se encontró con cuatro ladrones, que le dieron un tiro en el pecho. Se llevaron 150.000 pesos de la venta de un camión. No hay detenidos.

Florencio Mamani (37) dormía junto a su esposa cuando a eso de las 2.30 de la madrugada del lunes escuchó ruidos extraños en su casa de Florencio Varela. Se levantó tranquilo. Pero eso duró un instante. Cuando atravesó el umbral de su habitación, este hombre nacido en Potosí, Bolivia, se encontró con cuatro ladrones. No tuvo tiempo ni de pensar qué ocurría cuando uno de ellos le disparó a sangre fría. El tiro le dio en el pecho. Mamani cayó malherido. Y su esposa despertó.

Fue ella, en medio de la conmoción, la que delante de su hijita tuvo que darles todo el dinero que habían recibido por la venta de un vehículo. Luego de robarle y maltratarla, los cuatro asaltantes escaparon y a los pocos minutos, cuando su hermano lo llevaba al hospital, Mamani murió.

Según fuentes policiales, los ladrones fueron a buscar a la casa de los Mamani unos 150.000 pesos que la familia había obtenido por la venta de un camión. Ayer, todavía presa del shock, Margarita Villafuerte (36), la esposa de la víctima, no quiso dar detalles del dinero. “ Antes de exigirnos nada, lo mataron ”, sollozó en una charla con Clarín. Sí contó qué sucedió inmediatamente después del disparo que le quitaría la vida a su marido. “Me empezaron a exigir que les diera todo el dinero que tenía. Yo les entregué todo, pero aún así me apuntaron con las armas y me golpearon en la cabeza con la culata para que les diera más plata”, dijo la mujer durante el velatorio de su marido, ayer al mediodía.

El hecho ocurrió en la casa de esta familia, ubicada en Villa San Luis, un barrio de Florencio Varela que es zona de quintas. Florencio vivía junto a su esposa y sus dos hijos, un varón de 12 años y una nena de 6. Y se dedicaba, junto a sus hermanos, al cultivo y venta de frutas y verduras desde que llegó al país, hace 20 años.

Los asaltantes maniataron a Margarita y huyeron con los 150.000 pesos. De acuerdo a las fuentes de la investigación, Villafuerte primero les dio una bolsa donde había 50.000 pesos. Pero los ladrones, aparentemente, sabían que había más plata, así que amenazaron a Margarita, quien finalmente les dio otra bolsa con 100.000 pesos.

Su hijo, que al escuchar la secuencia se escondió debajo de la cama por miedo a que lo vieran, luego desató a su madre y ella llamó a Ernesto, hermano de Florencio, quien trasladó a la víctima al hospital Mi Pueblo en su propio auto. “Cuando llegué vi a mi hermano que estaba en el piso sobre un charco de sangre. Llamé a un remís, a una ambulancia, pero nadie llegaba. Tuve que llevarlo en mi vehículo, pero murió antes de llegar”, recordó Ernesto a Clarín.

La Policía, en tanto, realizó diversos peritajes en el lugar de los hechos en busca de huellas y pistas útiles para la causa, y ayer buscaba intensamente a los ladrones.

Los investigadores trabajaban con la hipótesis de que era posible que la víctima haya reconocido a alguno de los integrantes de la banda. Es que, aunque no descartaban que el quintero haya forcejeado antes del disparo, la información con la que contaba la banda a la hora de cometer el robo los hace pensar que alguno de ellos podía conocerlo.

Ayer por la mañana, unas 300 personas, entre amigos, familiares y clientes del Mercado de Berazategui, acompañaron a Margarita Villafuerte y a los Mamani en el último adiós a Florencio. El velorio se hizo en la misma vivienda que habita la familia y donde mataron al jefe del hogar. Poco más tarde trasladaron el cuerpo al cementerio municipal de Florencio Varela. Pero antes, la familia decidió parar unos minutos frente al destacamento policial de Villa San Luis, como un acto simbólico. En el cementerio, la mayoría con flores en la mano y, en medio de llantos, despidió a Florencio.

“Lo único que quiero es que se haga justicia por mi hermano. Nada más”, dijo Ernesto, conmovido.

El cura del cementerio remarcó a este diario que se trataba de una jornada trágica. Algunas horas antes había dado sepultura a la jubilada Blanca Troncoso (67), que murió a golpes durante un asalto en su vivienda, también en Varela. Pero este caso no fue el único en la provincia de Buenos Aires, donde en nueve días se registraron 11 asesinatos cometidos durante robos.

Fuente: Clarín