Putin impone sus puntos de vista pero aísla a Rusia

Moscú — Desde su regreso a la presidencia de Rusia en 2012, Vladimir Putin logró acallar a sus opositores, hizo fracasar los planes occidentales en Siria y se prepara para anexionar Crimea, pero sus decisiones podrían aislar a su país.
El control de Crimea, una península de mayoría rusohablante en el sur de Ucrania, por soldados rusos representa una afirmación de su poder, frente a las críticas occidentales y de las nuevas autoridades proeuropeas de Kiev.
La intervención en Crimea es el resultado de un aumento de su poder, coronado recientemente por los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi.
«Nadie está dispuesto a luchar por Crimea. Los occidentales deberán romperse la cabeza para encontrar una salida», señaló el politólogo y exconsejero del Kremlin Gleb Pavlovksi. «Putin se encuentra actualmente en el centro de esta crisis, lo que multiplica sus posibilidades. Ahora es Putin, y no los occidentales, quienes deciden el futuro de la revolución ucraniana», añadió.
Rusia cedió esta península a Ucrania en 1954, cuando las dos exrepúblicas formaban parte de la URSS. Sin embargo, Moscú mantuvo en el puerto crimeo de Sebastopol la base de su flota en el mar Negro.
– Debilidad de Occidente –
El presidente ruso siente que «Occidente es débil, que las reglas del juego cambiarán y el primero en jugar ganará», valoró Nikolai Petrov, profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú.
En septiembre, Putin se anotó un tanto al evitar un inminente ataque estadounidense contra su aliado sirio, Bashar al Asad, gracias a una iniciativa diplomática sobre el desmantelamiento del arsenal químico sirio.
El jefe de Estado ruso supo, con anterioridad, acallar a sus opositores y medios de comunicación con una combinación de represión y gestos inesperados, como la liberación del exoligarca y opositor ruso Mijaíl Jodorkovski.
Ahora, la intervención militar en Crimea correspondería a un guión bien elaborado que finalizaría con la anexión de este territorio a Rusia tras el referéndum del domingo.
«El régimen se transforma en un poder autoritario», dijo Petrov, para quien Putin «mata dos pájaros de un tiro», ya que la reacción occidental contribuye a que la popularidad del presidente aumente entre los ciudadanos y a que la élite rusa pierda su independencia en beneficio del Kremlin.
Putin, exagente del KGB, de 61 años, llegó por primera vez a la presidencia de Rusia en 2000. Desde entonces, se convirtió en el único líder de su país y en una de las personas más poderosas del mundo. Sin embargo, los analistas consideran que la opción elegida por el Kremlin en Ucrania no cuenta con una visión estratégica y que la ruta trazada podría convertirse en un callejón sin salida. «Putin ganó, pero a un precio estratégico y económico muy elevado», declaró Gleb Pavlovski. «Es un precio que nadie sensato estaría dispuesto a apagar», añadió.
– Jugador táctico, pero no estratégico –
Mientras que el crecimiento ruso flaquea y el rublo se desploma, los capitales siguen saliendo del país. Los occidentales amenazan, además, con sanciones económicas, que según ciertos expertos podrían perjudicar mucho a Rusia.
Este enfrentamiento dirige al país hacia «un estado de tipo soviético, con un presupuesto militarista», estimó la investigadora del área rusa del Centro Carnegie, Lilia Shevtsova. «Putin tomó el camino de la URSS», afirmó y apuntó que esta vía está condenada al fracaso.
El presidente ruso es «un distinguido jugador táctico, pero no estratégico», señaló Nikolai Petrov, para quien Rusia es en estos momentos «rehén» de la política de Vladimir Putin.
AFP