Uno de los túneles de la banda de Los Monos conducía a una caballeriza

Los investigadores se encontraron con 20 equinos que habrían competido en importantes hipódromos; quieren descubrir cuándo se hicieron los conductos

ROSARIO.- Uno de los dos túneles que descubrieron los investigadores en el territorio que maneja la banda de Los Monos, en villa La Granada, conducía a una caballeriza, donde había unos 20 equinos, algunos de ellos de pura sangre.

No es la primera vez que en esta causa aparecen caballos ligados a este grupo narcocriminal. En la mansión de más de 300 metros cubiertos que la familia Cantero, que lidera este grupo, construía en la localidad de Pérez, los policías de la División Judicial se encontraron con un haras, donde se edificaron treinta studs, y en un campo contiguo galopaban 15 caballos de raza.

«Varios de estos animales corrían en hipódromos importantes de la Argentina», apuntó Cristian Romero, jefe de la División Judicial.

A partir del crecimiento económico vertiginoso de la banda, después de pisar fuerte en el negocio de la droga en Rosario a partir de mediados de la década pasada, los integrantes de la familia Cantero empezaron a usar el dinero (todo en efectivo) que recaudaban a través de las bocas de expendio -conocidas como búnkeres- de venta de cocaína diseminadas por la zona sur de Rosario y Villa Gobernador Gálvez.

En el expediente 913/12 figuran 52 vehículos -doce de ellos importados- que estaban en manos de la banda narco. Pero a la par de los autos el flujo de plata se canalizó también en la compra de caballos de raza y de pura sangre. El nuevo estatus económico de los Cantero no les hizo olvidar sus inicios en el mundo del hampa, que estuvieron ligados también a los caballos.

Policías experimentados recuerdan historias que empiezan a corporizarse en leyendas, cuando a mediados de la década del 90 Ariel Máximo Cantero, padre del «Pájaro», último líder del grupo, huía montado en su caballo de los patrulleros que lo perseguían.

En esos tiempos, el grupo estaba encasillado como una banda sangrienta, dura, pero que parecía imposible que traspasara los márgenes de la periferia de la ciudad. La explosión de la venta de cocaína los transformó en poco tiempo en los nuevos ricos de la pobreza.

Los dos túneles que se descubrieron anteayer no sólo servían para huir ante posibles ataques de grupos rivales, sino también para guardar dinero. Los investigadores están en busca de una bóveda que los Cantero habían construido bajo tierra, según apuntó uno de los testigos protegidos, cuyo testimonio sirvió para establecer el lugar preciso de los conductos, uno de los cuales tiene siete metros, mientas que otro supera los 50.

El mito de los túneles estaba dando vueltas por los pasillos de tribunales y de la Brigada de Investigaciones de la División Judicial desde hacía tiempo. Un testigo protegido, que habría pertenecido al riñón de la banda, fue el que aportó más precisión a las versiones que habían surgido hace más de ocho meses.

El primer indicio de que en villa La Granada la banda de Los Monos había construido un mecanismo para huir ante posibles ataques o persecuciones de la policía apareció en 2012, cuando integrantes del grupo Halcón realizaron un allanamiento en una vivienda de Melián al 6300 por orden de un magistrado de San Nicolás. Los efectivos bonaerenses -que llegaron a Rosario camuflados en un camión volcador, tapados con una lona- encontraron 12 kilos de cocaína, pero no lograron atrapar a Ariel Máximo Cantero, «Mono Grande», uno de los históricos líderes de la banda. Este jefe del grupo desapareció cuando lo tenían cercado.

La fiscal Cristina Herrera advirtió que los dos túneles hallados hasta ahora no serían antiguos y están construidos por gente experta en la materia. Tampoco descartan que existan otros pasadizos.

«Me da la impresión de que la construcción no es antigua», consideró la funcionaria judicial. Herrera aseguró que «hay una capacidad logística y económica importantes» en la construcción de los túneles. Y agregó: «Tiene una planificación y está diseñado de manera que una persona puede alojarse allí, y aislación para que no se humedezca».

Ayer, mientras dos retroexcavadoras continuaban con la búsqueda de más conductos, un grupo de arquitectos que asesoran a la Brigada de Criminalística realizaron una serie de peritajes para determinar cuándo fueron construidos. Lo que pretenden saber en la Justicia es si este dispositivo de conductos fue edificado después de que se libraran las órdenes de detención contra los integrantes de la banda. Seis referentes del grupo siguen prófugos.

PREMIO PARA UN DOCUMENTAL SOBRE ROSARIO

Un documental sobre narcotráfico realizado por la Universidad Nacional de Rosario ganó el premio Rey de España en la categoría de periodismo multimedia. Ese trabajo, denominado Calles Perdidas, mostró los diferentes niveles del tráfico de drogas en la ciudad que tiene los más elevados niveles de homicidios en la Argentina. Fue desarrollado por la Dirección de Coordinación Multimedia de la UNR y el proyecto fue coordinado por Fernando Irigaray. Entre otros elementos aportados por el documental figura la existencia de menores reclutados por los grupos criminales mediante un pago diario de 300 pesos. También se determinó que el narcotráfico rosarino mueve un negocio de 2000 millones de pesos anuales..

Fuente: LA NAción