Esta edición de la Vendimia tuvo una carga política fuerte. Desfilaron casi todos los precandidatos presidenciales y los gobernadores del PJ comenzaron a tejer su alianza con Scioli. Paco ya piensa en 2015, y detrás del desplante a los bodegueros está su enojo con Peñaflor.
Fue una Vendimia que mezcló desplantes inesperados con una fuerte carga política, aunque esta no haya estado más que en las fotos. Sin embargo, no caben dudas: este fin de semana pasó por Mendoza el futuro presidente de la Argentina.
Por razones obvias, no se sabe quién. Pero un repaso al listado de dirigentes nacionales que estuvieron en la provincia con motivo de los festejos tradicionales puede ayudar a entender todo.
En un momento del mediodía estuvieron en el Hotel Hyatt Daniel Scioli, Julio Cobos, Ernesto Sanz y Mauricio Macri. También Sergio Uribarri, el gobernador entrerriano que se anotó en la carrera para competir por el kirchnerismo. Se lo puede sumar a Jorge Capitanich, si se quiere, aunque sus aspiraciones presidenciales aparecen ahora un tanto devaluadas. Por la tarde se esperaba que llegara Sergio Massa, para participar hoy en la Vendimia Solidaria de Daniel Vila. Solo faltó Hermes Binner para completar la selección.
Muchas figuras que, a pesar de todo, no dejaron más que un puñado de fotos. La primera de ellas fue la que se sacaron Macri y Cleto cuando el Carrusel recién arrancaba.
El encuentro no fue casual y había sido planeado durante toda la mañana y, sobre todo, se acordó en un encuentro que el Jefe de Gobierno porteño tuvo con Alfredo Cornejo a primera hora del sábado. La previa a ese retrato fue casi una comedia de enredos: Macri esperaba sentado en una mesa que Cleto se acercara, pero el ex vicepresidente tardó sus buenos 25 minutos en hacerlo mientras saludaba a uno y a otro. Finalmente sucedió. Entre risas y comentarios de poca trascendencia, se mostraron el uno junto al otro sin que eso signifique, por ahora, más que un encuentro de ocasión.
Nada hace prever que Cobos y Macri construyan algo juntos de cara a 2015 y lo que pasó este sábado en Mendoza le traerá más rédito al porteño que al mendocino.
Macri sabe que precisa apoyo en el interior del país y el respaldo de los dirigentes de la oposición que están en la carrera, pensando en lo que es su apuesta de máxima para el año próximo: llegar a disputar la segunda vuelta contra el candidato del peronismo.
La foto entre los dos fue inocua, salvo para uno. Ernesto Sanz no sólo la esquivó, sino que además sabe que esa imagen complicará todo el armado que el radicalismo está haciendo para diferenciarse del macrismo.
Pero Cobos es Cobos e incluso trajo a Mendoza, y lo juntó con Macri también, a Oscar Aguad, uno de los radicales intragables para el sanrafaelino.
El otro retrato fue el de Macri con Scioli. “Cuál es el problema de esa foto. Yo me saco fotos con todos”, explicó el bonaerense a MDZ cuando fue consultado por este tema. Más allá de esto ya no es un secreto para nadie en los ámbitos políticos porteños y bonaerenses que ambos vienen dialogando desde hace tiempo pensando en las próximas elecciones. Nadie sabe si confluirán o no, pero los contactos son ciertos.
El peronismo movió sus piezas también. Pérez no entró en su saco durante todo el fin de semana por una Vendimia que le salió tal cual la pensó: con una buena cantidad de gobernadores peronistas (Scioli fue su estrella principal) y funcionarios nacionales que no solo bajaron recursos para la industria vitivinícola
Sino que también trajeron el mensaje que Paco está convencido que hay que dar: de cara al 2015, según el gobernador, el PJ no tiene que tener excluidos. Y eso abarca tanto a mandatarios díscolos como al cordobés De la Sota como al propio Massa.
Algo pasó este fin de semana. A diferencia de visitas nacionales anteriores, no hubo histeria esta vez de la Casa Rosada para ver qué foto se sacaba cada uno que venía o con quién se iba a sentar, como ocurrió increíblemente en visitas pasadas. Hay un elemento clave para entender esta distensión: Cristina ya no tiene el mismo peso de los viejos y duros tiempos de las imposiciones. Aunque estas sean, como fueron muchas veces, incluso absurdas.
Cristina no vino, es cierto. Pero envió al secretario de la Presidencia Oscar Parrilli al que puede considerarse un enviado personal.
El mendocino cree que se está comenzando a cumplir su anhelo para este año. Esto es ser un “articulador” de los gobernadores del peronismo que lo termine catapultando a una posición de privilegio en el reparto de las candidaturas o bien en la asignación de cargos de un hipotético gobierno justicialista a partir de diciembre de 2015.
Ya se jugó todo con Scioli y este le respondió no solo con su presencia en la Vendimia. También le desparramó un montón de elogios. Pero en profundidad, la debilidad del ex motonauta no parece ser Paco. Es Carlos Ciurca.
El sábado, al primero le auguró un futuro promisorio en la política Pero al otro, casi le abrió la puerta para convertirse en un seguro colaborador suyo en caso de llegar a la presidencia.
Pérez dio la nota con su plantón a los bodegueros en el Agasajo Vendimial. Desde el regreso de la Democracia que no se veía algo así.
La excusa fue la manifestación (bastante desacomodada por cierto) de empleados del Sindicato de Comercio de Mendoza junto a algunos dirigentes del Sute que se plantó en la puerta de la bodega Los Toneles, sede ayer del tradicional almuerzo.
En los hechos la protesta estaba centrada en una vieja disputa que el CEC tiene con la familia Millán, dueña del supermercado Átomo y propietaria de Los Toneles. Nada hacía prever que era contra Pérez, quien ha enfrentado situaciones sociales más complicadas que las de ayer.
Quizás en el ánimo del gobernador primó una cuestión más de fondo para semejante desaire y fue el malestar que desde hace tiempo arrastra con la bodega Peñaflor por el precio del vino. Juan José Canay, titular de los anfitriones de Bodegas de Argentina, está estrechamente vinculado a esa empresa, quien optó por el silencio tras el plantón.
Paco optó por el clima más amigable del almuerzo en el INTA organizado en Luján por productores filo kirchneristas al que también se había comprometido ir.
Desde la visita de Cristina Kirchner en 2011 que el Agasajo de Vendimia ya no tiene el brillo político de antaño. Todo fue girando hacia el desayuno de la Coviar en donde flota un ambiente pro K.
La rabieta gubernamental del sábado, más allá de esto, dejó una sensación desconcertante para un aun dirigente que pregona el consenso y que utilizó, hasta ahora, el “abrazar a todos” como uno de sus latiguillos preferidos.
Fuente: http://www.mdzol.com/nota/520729-por-mendoza-paso-el-proximo-presidente/