El Gobierno de Venezuela apuesta a la violencia

VENEZUELA
Decenas de motos pasando a gran velocidad, el olor de las bombas lacrimógenas, Guardias Nacionales disparando hacia edificios residenciales, grupos armados conocidos como colectivos rondando las calles y disparando sin reservas, un edificio en llamas, centenares de barricadas obstruyendo los accesos en las vías y despidiendo humo negro de caucho quemado, tanquetas de guerra, miles de policías pertenecientes a la Policía Nacional Bolivariana pisando la alfombra de cartuchos que van quedando de las municiones de escopetas, pistolas y demás armas de fuego usadas contra los manifestantes.

Cae un muerto en la Avenida Panteón de La Candelaria por disparos de la Guardia Nacional, la gente no puede salir de los edificios por miedo a ser detenidos, encarcelados o asesinados, gente durmiendo en el piso de sus apartamentos por miedo a balas perdidas y más motos pasando a toda velocidad disparando y sonando la corneta a todo dar. La noche del 19 y la madrugada del 20 de febrero en Caracas, Venezuela.

Las protestas que han tomado lugar en Venezuela empezaron como una manifestación estudiantil el 12 de febrero como consecuencia del Día Nacional de la Juventud. Los estudiantes expresaban el descontento de varios sectores del país provocado por la situación de inseguridad (80 muertes violentas por cada 100.000 habitantes), la escasez de alimentos básicos (leche, harina, carnes, etc), productos esenciales (papel higiénico), la escalada inflacionaria (56,2% en el 2013), la regulación de precios, el deterioro aberrante de la economía del país, la corrupción en los poderes públicos y la todavía latente duda sobre la legitimidad de los resultados electorales del 2013 cuando Nicolás Maduro se enfrentó con el líder de la oposición, Henrique Capriles Radonski.

Desde el 12 de febrero al día de hoy la situación en Venezuela ha ido degenerando rápidamente de un régimen híbrido o pesudo-democrático a una dictadura de terror fomentado por colectivos (grupos armados auspiciados por el gobierno) y la barbarie de la Guardia Nacional Bolivariana en conjunto con la Policía Nacional Bolivariana.

La protesta pacífica de estudiantes se ha tornado en una resistencia pacífica de la sociedad civil organizada. Poco a poco más sectores de la sociedad se han ido sumando a la protesta, como al mismo tiempo lo hacen múltiples ciudades del país.

Se estima que han muerto seis personas (cifra con tendencia a aumentar), lesionado incluso gravemente a 66 personas y, según información dada por Henrique Capriles Radonski, existen 138 detenidos solamente en el área de la Gran Caracas.
elmundo.es