Lo mataron y le pusieron una medalla de la Virgen en la boca

Lo hallaron muerto con las manos y los pies atados, la cabeza dentro de una bolsa plástica negra, el rostro envuelto en una cinta de embalar transparente y una medalla de la Virgen en la boca .

Jorge Armando Matteucci, imprentero, 42 años, había salido la noche del sábado último de su casa de la avenida Mate de Luna 4.348, en la capital tucumana.

Supuestamente, iba a comer un asado con unos amigos. No se supo más de él hasta anteayer.

El lunes, su ex pareja había denunciado su desaparición y familiares difundieron luego una foto suya a través del programa “Los Primeros” del Canal 10 de televisión local.

Un cadáver –que se presumía podía ser el suyo, pero que recién ayer pudo ser identificado– apareció el martes por la tarde, en un descampado a la vera de la ruta provincial 305, en La Aguadita, a unos 15 kilómetros de la ciudad.

El cuerpo, en las condiciones indicadas al comienzo, no presentaba sin embargo marcas de disparos de armas de fuego u otras lesiones a la vista, por lo que los investigadores se inclinaron en un primer momento a pensar que la muerte se produjo por asfixia.

No obstante, esta presunción podría verse alterada por los resultados de la autopsia realizada por el Cuerpo Médico Forense de la Justicia provincial, que hasta ayer no se habían dado a concer. Como también por los de otras pericias hechas por la Policía Científica.

Pendientes de las conclusiones de estos estudios, ayer los investigadores no se aventuraban a conjeturar tampoco en qué momento ocurrió la muerte. Ni si sucedió en el mismo sitio donde fue hallado el cuerpo o en otro.

El cadáver estaba en medio de unos altos y espesos matorrales, en un lugar que no se ve desde la ruta ni desde la senda que usa la escasa gente que vive en la zona.

La Policía buscó algún testigo que hubiese visto cómo llegó Matteucci hasta ese sitio o algo raro en los alrededores, pero hasta ahora no dio con ninguno.

No obstante, las circunstancias del hecho tienden a abonar la hipótesis de los investigadores de que se trató de un homicidio premeditado, probablemente cometido por más de una persona y quizás por un ajuste de cuentas.

En relación con esto último, llama la atención lo que le contó a la Policía Rosa Liliana Moreno –ex pareja de la víctima, con quien seguía compartiendo vivienda– al denunciar el lunes a la mañana su presunta desaparición.

La mujer relató entonces que al irse, cerca de las 23 del sábado, Matteucci dijo que, además de ir a comer un asado, iba a pagar unas deudas .

Por otro lado, el macabro detalle de la medalla de la Virgen en la boca de la víctima parece encerrar un mensaje de connotaciones mafiosas , pero cuyo significado los investigadores no alcanzan todavía a descifrar.

Ayer, oficiales de la División Homicidios y Delitos Complejos de la Policía de Tucumán revisaron minuciosamente las instalaciones de la imprenta de la víctima.

Buscaban alguna pista que les permitiera dilucidar el enigma del extraño final de Matteucci, pero se negaron a comentar si esa búsqueda había resultado productiva.

Fuente: Clarín