No cede la obsesión presidencial por los precios

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La presidente sigue firme prestando atención a los ciudadanos que se quejan por el desabastecimiento de los precios cuidados y sus reclamos contra la justicia, porque no facilita la aplicación de multas a los supermercados y cadenas de electrodomésticos. Todavía estamos muy lejos de las locuras de Nicolás Maduro, como sería que Cristina obligara a Frávega a vender un Smart tv de 20.000 pesos a sólo 10.000, provocando la quiebra de la empresa o bien el desabastecimiento del aparato. Los ataques de nervios típicos de la presidente no son nuevos ni para la opinión pública ni para las cadenas, ni para los proveedores, a los cuales el gobierno les echa la culpa de la inflación. El gobierno reconoció con el nuevo IPC, que dio el 3,7% de inflación en enero pasado, el compromiso que asumió ante el Fondo Monetario Internacional. Pero no se hace cargo de los aumentos, así como tampoco de la devaluación, echándole la culpa a un golpe de mercado, avalando así la teoría de Miguel Bein. Éste fue quien “avivó” a Juan Carlos Fábrega de esa resolución que podía obligar a los bancos a disminuir su posición del 60% al 30% de su patrimonio, lo que significó que los bancos le cedieran al Banco Central entre 3 y 4.000 millones de dólares de aquí a fin de abril. Y no quiso quedar anónimo frente a esa picardía que descubrió y le dio aire a un gobierno acorralado por los mercados que recurrió a la teoría de que el mercado quería volar por el aire al gobierno llevándose todas las reservas del Central.

Paritarias ardientes

Pero el principal flanco del gobierno parecen ser ahora las paritarias, aunque no hay que descartar el problema de las reservas y la inflación. Hay economistas que sostienen que, pese al aporte de los bancos y las cerealeras y a la recesión, los precios pueden seguir subiendo, porque el gobierno sigue emitiendo billetes para tapar el déficit fiscal. Pero volviendo a las paritarias, el asunto se está volviendo difícil, ya que en la Capital, donde Macri anunció un 23% de aumento en 3 cuotas, apareció el dirigente municipal Patricio Datarmini, de excelente relación con el jefe de gobierno, y dijo que de ninguna manera aceptaba ese aumento y los docentes se mantienen firmes en un aumento del básico que dicen que es del 35% pero que en realidad es más. Pero el Ministerio de Educación no quiere saber nada. Por su parte, Pablo Moyano pidió el 35% y hay que ver cómo se soluciona ese entuerto con el influyente gremio camionero. La CTA de Pablo Micheli ya arregló con el Partido Obrero de Néstor Pitrola para pedir mucho más. La reacción podría ser una sucesión de piquetes en los accesos a la ciudad durante varios días consecutivos. Por lo cual si sigue la calma cambiaria, el problema viene por el otro lado y la recesión hoy por hoy no parece serenar los reclamos salariales ante pronósticos de inflación que para Bein son de entre 33 y 36% anual, mientras otros economistas hablan de entre 40 y 45%, por lo cual se le vienen tiempos difíciles al cristinismo, aunque da la impresión -por ahora- de que puede llegar al final de su mandato en muletas, como diría Ricardo Balbín, o con la lengua afuera, como dice Juan Manuel Urtubey.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com