Por presión de gobernadores, Kicillof da marcha atrás con el dólar petrolero

Dolar

Así se lo manifestó el ministro a Sapag. Buscarían alternativas como establecer un precio más bajo que el actual para el barril de crudo y que suba de manera escalonada.

La iniciativa que quería imponer el ministro de Economía, Axel Kicillof, de establecer un tipo de cambio diferencial a $ 6,88 (precio al 21 de enero) para el crudo que se comercializa en el mercado interno y evitar de esta manera una suba brusca en los surtidores por la reciente devaluación que convalidó el Gobierno, finalmente no se llevará a cabo. Así se lo hizo saber el mismo Kicillof al gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, en un contacto telefónico que mantuvieron ayer los funcionarios, según pudo saber El Cronista. “No queremos perjudicar a las provincias. No vamos a pesificar el mercado petrolero”, le transmitió el ministro, que en los últimos meses es el que timonea casi unilateralmente la economía del país.

El giro oficial responde a que la idea de un “dólar petrolero” chocó de lleno con los intereses de los gobernadores de las provincias productoras de hidrocarburos quienes durante la semana pasada trasladaron su preocupación al equipo económico de Cristina Kirchner. Y es que de implementarse el esquema de Kicillof, dentro de los grandes perjudicados –además de las empresas productoras de crudo– se verían afectados los diez distritos petroleros nucleados en la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi), donde Neuquén y Chubut son los de mayor peso, que cobran regalías (12%) en función de la venta del crudo de las petroleras.

Ante la presión de los jefes provinciales, en el ministerio de Economía ahora se están estudiando otras alternativas para contener aumentos en los combustibles –producto de la devaluación porque los costos del mercado están dolarizados– y que no superen el 6% pactado con las compañías durante febrero y que todavía no se está cumpliendo al no estar resuelto este asunto. Una de las fórmulas más firme que se está analizando es la de establecer un valor más bajo del precio del barril de petróleo que podría arrancar desde u$s 71 o u$s 72 para llevarlo en el término de 5 meses a los actuales u$s 83.

El esquema de Kicillof en la práctica hubiese desencadenado una pesificación en las transacciones del mercado petrolero doméstico que hace por lo menos 20 años se rige por la moneda estadounidense y siguiendo los precios internacionales, según explicaron en el sector. Varios fueron los gobernadores que advirtieron desde un principio sobre una menor recaudación y una baja en las inversiones que provocaría la medida. “En nuestro caso hubiese comprometido inversiones que empresas productoras como YPF, Chevron, PAE, entre otras, tenían pactadas con la provincia por un total de u$s 6.000 millones para este año y si se cambiaban las reglas en el medio iban a paralizarlas porque hay toda una cadena que está atada a precios ya pautados”, señaló Sapag.

En esa línea, el ministro de Economía y Obras y Públicas de Neuquén, Omar Gutiérrez y el de Energía, Guillermo Coco, viajaron de inmediato a Buenos Aires donde mantuvieron reuniones en el día de ayer y del lunes con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich y el vice ministro de Economía de la Nación, Emmanuel Álvarez Agis. También el secretario general del sindicato de Petróleo y Gas de Río Negro, Neuquén y La Pampa y senador nacional del MPN, Guillermo Pereyra –enfrentado con Sapag–, tuvo ayer por la mañana un encuentro informal con el jefe de Gabinete por este tema. Por su parte, el gobernador de Chubut, Martín Buzzi, viajará hoy también para intentar reunirse con Capitanich, según revelaron sus voceros a este diario, aunque no hay agendada una reunión de manera oficial.

Fuentes del Palacio de Hacienda señalaron a El Cronista, sin embargo, que “nunca estuvo la idea de que las provincias salgan perjudicadas y lo que se está estudiando es que cada eslabón de la cadena de valor absorba algo del costo” de no trasladar a precios la devaluación.
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