El perfil genético de André Conrado Espinosa es el mismo al patrón encontrado en la escena del homicidio. Además, quedó registrado en un video saliendo del lugar del crimen.
El taxi boy brasileño que el mes pasado fue detenido acusado de haber asesinado de 40 puñaladas a un empresario en un departamento de Las Cañitas, en el barrio porteño de Palermo, quedó más comprometido en la causa ya que un cotejo de ADN determinó que era suya un rastro de sangre encontrado en la escena del crimen.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que el ADN confirmó la sospecha que tenían los investigadores respecto a que el asesino de Norberto Adamo se había cortado una mano mientras apuñalaba a su víctima.
Los peritos habían levantado en la escena del crimen una muestra de sangre que no correspondía a la víctima y ya tenían ese patrón genético que ahora fue comparado con el perfil genético del detenido André Conrado Espinosa (22) y dio positivo.
Además del rastro hemático, los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal consiguieron en la causa un video de la cuadra que muestra al asesino retirarse de la escena del crimen con una valija -en la que llevaba las cosas robadas-, y frente a la cámara se ve cómo se lleva la mano a la boca, como si se estuviera lamiendo una herida.
El hecho que se le imputa al brasileño es el homicidio agravado de Adamo (61), un empresario del plástico que fue asesinado de 40 puñaladas el 18 de agosto del año pasado en su departamento del octavo piso «B» del boulevard Olleros 1850, en la zona porteña de Las Cañitas.
Según la investigación, Adamo había contratado para esa noche los servicios de tres taxi boys que fueron a su domicilio y al menos dos de ellos terminaron asesinándolo y robando dinero, una notebook, un celular, ropa y otros objetos.
El sospechoso detenido fue identificado por la policía como André Conrado Espinosa (22), aunque Espinosa -quien en el ambiente gay porteño se hacía llamar Lucas Dos Santos y además tenía antecedentes en Perú-, fue detenido el 28 de enero en las inmediaciones de un domicilio de la avenida Pueyrredón y Bartolomé Mitre, en el barrio de Balvanera, donde estaba a punto de mantener un encuentro sexual con un cliente.
La computadora de la víctima, el análisis de la página de servicios gay que consultaba para contratar taxi boys, las imágenes de una cámara de seguridad que grabó al presunto asesino salir del edificio de la víctima con una valija y ahora el ADN de un rastro de sangre que no era de la víctima, son las principales evidencias que comprometen en el expediente al brasileño.
La causa está a cargo del Juzgado de Instrucción N° 13, pero la investigación estuvo dirigida por la fiscal de instrucción Marcela Sánchez.
Fuente: Online-911