La administración demócrata tendría los votos suficientes para imponer en el Senado la iniciativa tendiente a la reducción del equipamiento bélico nuclear a través de un tratado internacional conjunto suscripto con Rusia.
La ratificación del tratado de desarme nuclear “START” con Rusia quedó ayer prácticamente garantizada después de que nueve senadores republicanos hicieran pública su intención de votar en favor.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, expresó su satisfacción y declaró que «tenemos bastante confianza» en que se lograrán los dos tercios necesarios para sacar adelante la medida.
Los últimos en anunciar su sí, por el momento, han sido los senadores Lamar Alexander, Johnny Isakson, y Bob Bennet.
«Creo que va a quedar ratificado, y por más del margen mínimo», dijo el senador republicano Bob Corker, quien también ha declarado su apoyo al tratado.
Los demócratas cuentan con 58 escaños en el Senado pero necesitaban el apoyo de al menos nueve republicanos para alcanzar la cifra de 67 -dos tercios de la Cámara-, los votos para ratificar un tratado internacional, según la ley estadounidense.
La ratificación representaría un importante triunfo político para el presidente Barack Obama, que en las dos últimas semanas se ha apuntado varios tantos, como la aprobación en el Congreso de un acuerdo para prorrogar los recortes de impuestos o la abolición -que promulgará hoy- de la ley que prohíbe a los homosexuales declararse abiertamente como tal en las Fuerzas Armadas.
Arduas negociaciones
Según Gibbs, la Casa Blanca ha demostrado que el nuevo tratado “START” sirve para mejorar la seguridad de EEUU, pues establece un nuevo régimen de inspecciones de los arsenales nucleares y ha permitido mejorar la cooperación con Rusia en áreas como la lucha contra el terrorismo o la proliferación nuclear.
Los demócratas sometieron el tratado a un voto de procedimiento ayer mismo para cerrar el debate en el Senado después de seis días, y el voto definitivo podría celebrarse hoy.
La Casa Blanca había lanzado una gran ofensiva entre los senadores para lograr el visto bueno a un tratado que representa el mayor logro hasta el momento de la actual Administración en política exterior.
Obama ya había enviado la semana pasada sendas cartas a los líderes demócratas y republicanos en el Senado en favor de la medida y el martes la Casa Blanca publicó otras misivas enviadas a los republicanos Lamar Alexander y Thad Cochran y los demócratas Dianne Feinstein y Dan Inouye.
El nuevo tratado “START” suscrito por EEUU y Rusia reduce en un 30 por ciento el número de cabezas nucleares, hasta 1.550 por país, y limita a 800 el de vectores estratégicos, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos.
Además, introduce un nuevo sistema de inspecciones de los arsenales nucleares, después de que expirara hace un año el “START” anterior. El presidente estadounidense firmó el documento en Praga el pasado abril junto a su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, tras un año de negociaciones.
Fuente: El Siglo Web