En lo que va del mes hubo 28 homicidios, doce de ellos habrían sido encargados a sicarios en moto que disparan en plena calle y escapan. La policía no sigue ningún rastro y el caso pasa a formar parte de la estadística de los expedientes que terminan en un juzgado como causas NN.
Un crimen por encargo tiene un precio, y en Rosario cuesta entre cinco mil y diez mil pesos, según reveló el fiscal regional Jorge Baclini.
Las cifras de homicidios sirven para dimensionar el problema, aunque detrás de cada número haya historias de vidas que se apagan con una bala 9 milímetros. Durante los primeros 25 días de enero se cometieron 28 homicidios en Rosario , una tendencia que resquebraja las estadísticas del año pasado, cuando se alcanzó el récord de 264, con un promedio de 22 crímenes cada 100.000 habitantes.
Hay un método para matar que se volvió muy efectivo. Sólo requiere de una moto, un arma y la decisión de aniquilar a la víctima, que en muchos casos el homicida conoce del barrio. Durante enero se cometieron 12 crímenes con esa metodología: dos hombres en motocicleta disparan en plena calle y huyen. La policía no sigue ningún rastro y el caso pasa a formar parte de la estadística de los expedientes que terminan en un juzgado como causas NN o en investigaciones que nunca se cierran por falta de pruebas.
«La tasa de esclarecimiento de homicidios está por debajo del 50 por ciento», calculó Daniel Erbetta, ministro de la Corte Suprema de Santa Fe. Según el penalista, esto tiene que ver «con el escaso nivel de profesionalización de las fuerzas de seguridad y los casos en que la propia policía da protección a ciertas economías delictivas».
«La falta de resultado en las pesquisas y toda la situación de impunidad que envuelve a estos casos garantiza que sea fácil matar a alguien en Rosario. El sicario se posiciona dentro de la banda y gana un dinero -que oscila entre cinco mil y diez mil pesos- que es importante en medio de una situación social extrema», explicó el fiscal regional Jorge Baclini, quien a partir del 10 de febrero estará al frente de las pesquisas, cuando se ponga en marcha en Santa Fe el nuevo sistema procesal penal.
Este tipo de asesinatos por encargo dejan cicatrices profundas en las calles y disparan venganzas inmediatas.
La mayoría de los crímenes tiene que ver con disputas territoriales dentro del mapa de la venta de droga en Rosario, donde las fronteras de cada grupo narco se expanden o se contraen sobre la base de su poder de fuego.
La banda de Los Monos, según se desprende del expediente 813/12, adquirió en el mercado ilegal -a piratas del asfalto- un cargamento de armas que tenía como destino la provisión de armerías de la ciudad de Córdoba. Para hacer alarde de ese poder, Claudio «Pájaro» Cantero, líder de la banda narcocriminal de Los Monos, asesinado el 26 de mayo pasado, se sacó fotos que publicó en su perfil de Facebook probando las ametralladoras en barrio Las Flores.
Erbetta aporta que «las investigaciones llevadas adelante el año pasado sobre algunos grupos que tenían cierta hegemonía en el mercado ilegal de la droga -como la banda de Los Monos- han generado disputas y reacomodamientos no sólo en estas bandas sino también en el interior de la policía, que en Santa Fe ha ocupado un lugar central en esta crisis».
Fuente: Online-911