Presentaron a la española Repsol el bono para pagar por YPF

dolarSe trata de un Baade o cupón en dólares a 10 años, por una emisión aproximada a los u$s5.000 millones, con un interés de entre un 8,25% y un 8,7% anual

Un bono Baade o cupón en dólares a 10 años, por una emisión aproximada a los u$s5.000 millones, con un interés de entre un 8,25% y un 8,7% anual (en el caso de optarse por un cupón parte de la tasa estaría sujeta al crecimiento de la economía), con un plazo de gracia para comenzar a liquidar intereses de entre dos y cuatro años y a pagarse íntegramente en el mercado de capitales de Buenos Aires.
Y además, un pago al contado en un plazo de entre 24 y 48 meses. Esa es la oferta que el Gobierno de Cristina de Kirchner le hizo a los negociadores de la petrolera Repsol para cerrar el acuerdo que la compañía discute con funcionarios del Ministerio de Economía, de Axel Kicillof, y la embajada argentina en Madrid que maneja Carlos Bettini, y que en los últimos tiempos se convirtió en uno de los pilares del acercamiento entre las partes.
En principio, según la visión que se tiene en Buenos Aires a partir de lo que deslizaron los enviados de la petrolera para negociar el acuerdo, el bono sería aceptado y, eventualmente, lo que habría que terminar de cerrar es el monto de la emisión del título público y el pago al contado.
Según la visión de los españoles, publica el diario Ámbito Financiero, el dinero debería acercarse más a un monto de u$s8.000 millones. Para la contraoferta argentina, de ese nivel sería el pago final incluyendo los intereses, con lo que los españoles de Repsol que siguen al presidente Antoni Brufau, no deberían ser críticos de la oferta y terminar de cerrarla. Igualmente, todo se resolverá entre febrero y marzo, cuando Brufau cite a una nueva reunión del Consejo de Conducción de la petrolera, que en ese evento deberá votar a favor o no de la propuesta argentina.
Se cumpliría así el mandato de la anterior reunión del Consejo de Administración de la compañía, organizado el 27 de noviembre pasado en Madrid, y donde Brufau comandó el encuentro donde se le otorgó a los funcionarios de la compañía avanzar en una negociación con la Argentina que permita «iniciar conversaciones entre sus equipos y los del Gobierno argentino a fin de buscar una solución justa, eficaz y pronta a la controversia».
Allí se dispuso además que mientras tanto se discuta el acuerdo, Repsol no avalaría ante el CIADI (el tribunal del Banco Mundial para dirimir diferencias entre privados y empresas), en el juicio por u$s10.000 millones que los europeos le hacen al país.
Si Repsol acepta la propuesta del bono ofrecido por el Gobierno argentino, el primer pago se efectuaría después de 2015, cuando ya en la Casa Rosada no esté Cristina de Kirchner.
Además, siguiendo este cronograma, el bono se emitiría y se especula con que Repsol no espere mucho tiempo para empezar a venderlo en los mercados de capitales para hacerse de liquidez. Luego tendría libre cotización en la Bolsa de comercio local.
De todas maneras, la estrategia de la compañía que maneja Miguel Galuccio es que para 2016 la situación financiera de la petrolera argentina sea óptima y que con su propio desarrollo aporte los fondos necesarios para liquidar el pasivo.
Por el lado argentino, el negociador principal es el propio Kicillof junto con Bettini; mientras que por los españoles, la operación está siendo monitoreada desde Madrid personalmente por Brufau, pero además ya están trabajado representantes del Deutsche Bank, la entidad contratada por Repsol para colaborar como asesores legales y financieros.
Según pudo saberse, uno de los puntos más complejos planteados en Buenos Aires tanto por los españoles como los alemanes, es la aplicación de las garantías y qué avales se añadirán ante un eventual impago. Escuchar esto de parte de los negociadores argentinos es una afrenta a la visión ideológica del equipo económico.
En cualquier otra circunstancia, al oír que al país no se le cree que vaya a pagar y que se necesitan avales y garantías sólidas, sería una razón suficiente como para dar por terminada cualquier discusión y potencial acuerdo.
Sin embargo la necesidad de cerrar este conflicto para empezar a pensar en un país más cercano al exterior y a la llegada de dólares, hace que cualquier planteo de los visitantes deba ser tenido en cuenta y solucionarse, concluye el matutino.

Fuente: iProfesional