Un jefe de la barra brava de River ligado al kirchnerismo prepara una denuncia contra Campagnoli

CampagnoliMatías Goñi, que trabaja a sueldo en el Estado, pediría la suspensión del fiscal por espionaje; en las escuchas se reveló el presunto nexo que tenía con el Gobierno

La procuradora general, Alejandra Gils Carbó, sumaría pronto a un aliado impensado en su puja contra el fiscal José María Campagnoli: tendrá el apoyo de la cúpula de la barra brava de River. Matías Goñi, uno de los referentes de la hinchada, avanza en una estrategia legal para «denunciar por persecución» al fiscal que investiga a Lázaro Báez por lavado de dinero y que sigue de cerca los vínculos de los barras con el poder político.

Así lo reconoció ayer a LA NACION el abogado de Goñi, José Luis Ghioldi (h.).

Por la jurisdicción de su fiscalía (Saavedra), Campagnoli tuvo más de una vez en la mira a la barra brava de River y a sus hombres de jerarquía, entre ellos, a Goñi. Por su despacho, pasaron causas por homicidios, contravenciones, aprietes a árbitros y, la más reciente, una trama vinculada a una presunta comisión de fraudes con la reventa de entradas del fútbol. En esta última investigación, a partir de escuchas telefónicas reveladas por el diario deportivo Olé, Goñi se jacta de sus influencias con en el kirchnerismo y deja al descubierto la impunidad con que se manejan los barras para colonizar las tribunas y controlar el negocio que esto implica.

«Campagnoli hace trabajos al margen, sin la venia judicial requerida», acusó Ghioldi al fiscal. El defensor de Goñi duda sobre la legalidad de las escuchas telefónicas que ordenó Campagnoli. El fiscal fue desplazado de esta causa y del expediente en el que investigaba un presunto lavado de dinero de Lázaro Báez a través de su empresa Austral Construcciones.

En su momento, Campagnoli había pedido la detención de Daniel Passarella, ex presidente de River, y de otros dirigentes y barras por la reventa de entradas. Pero el juez Fernando Caunedo rechazó esos pedidos porque consideró que era insuficiente la fundamentación. El juez, además, dispuso el cese de las intervenciones telefónicas porque la causa ya se había hecho pública.

Las sucesoras de Campagnoli en su fiscalía, Graciela Camaño y Claudia Katok, no apelaron la decisión de Caunedo. Esta postura benefició a Goñi y al restó de la cúpula de Los Borrachos del Tablón, como se conoce a la barra de River, según reconocieron los propios imputados. Se beneficiaron también Diego Rodríguez, hermano de la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, y ligado al club de Núñez, y varios ex funcionarios policiales, para quienes Campagnoli había solicitado prisión.

Además de coincidir con Gils Carbó en su arremetida contra Campagnoli, Goñi tiene otras coincidencias con el kirchnerismo. Trabaja a sueldo en el sexto piso de la Secretaría de Comercio e Industria, adonde llegó de la mano de la ministra del área, Débora Giorgi. Sin embargo, en una audiencia judicial por una pelea de dos facciones de la barra, declaró ante el Tribunal Oral N° 15: «Guillermo Moreno es mi inmediato superior».

Goñi niega hoy tener cualquier tipo de vínculo con el ex secretario de Comercio Interior. Respaldan esta postura fuentes del gremio estatal UPCN con influencia en el organismo. Pero desde su discreto escritorio de Roca 651, Goñi se las ingenió más de una vez para estrechar sus lazos con el poder. El 21 de abril de 2012, la hinchada de River desplegó un inmenso telón con la leyenda «Clarín miente» y soltó globos rojos y blancos con la inscripción del Mercado Central. Esa misma bandera, unos días antes, colgaba desde los ventanales del Indec, una de las áreas que Moreno logró tener en su puño.

A partir de las escuchas telefónicas que ordenó Campagnoli, se desprendería, además, que Goñi estuvo en la quinta de Olivos en marzo de 2013, de donde habría retirado dos banderas. Debía exhibirlas en el estadio Monumental el 22 de ese mes, en ocasión del partido de la selección argentina con la de Venezuela, por las eliminatorias para el Mundial de Brasil, según relata el barra en el diálogo telefónico. «Fuerza Cristina» y «Hasta la victoria siempre Comandante Chávez», fueron dos banderas que se vieron esa noche en el estadio.

Confiado en ser sobreseído, Goñi está reuniendo pruebas para comprometer a Campagnoli. Y como si fuera poco, además, evalúa con sus colegas de la barra denunciar la presencia de infiltrados de la policía metropolitana en la tribuna riverplatense.

DICTAMEN POR EL FISCAL

El fiscal de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal Fernando Uriarte opinó que reponer al suspendido fiscal José María Campagnoli no es un asunto que amerite la habilitación de la feria judicial. Ahora, los jueces de la Sala de Feria de la Cámara, Carlos Grecco, Jorge Argento y Sergio Fernández, decidirán si coinciden con el fiscal o si analizarán rever la suspensión.

OTRO CAPÍTULO DE LA PELEA JUDICIAL

El fiscal Campagnoli fue suspendido por su jefa, Gils CarbóJosé m. campagnoli
Fiscal de Saavedra

Por su área de influencia, tuvo muchas causas vinculadas a la barra de River. En la última, a través de escuchas, reveló los nexos con el poder político.
Pidió la detención de barras, dirigentes de River y ex policías por presunta defraudación.
A. Gils Carbó
Procuradora general

Desplazó por «mal desempeño» a Campagnoli de la investigación sobre presunto lavado de dinero de Lázaro Báez.
También fue desplazado de la causa de la barra de River: el juez consideró «insuficiente» la fundamentación del fiscal.

Fuente: LA Nación