Jerusalén — El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, deja este lunes Israel tras unas intensas negociaciones diplomáticas que, según él, permitieron algunos progresos, aunque no se llegó a un acuerdo entre Israel y los palestinos sobre un plan de paz.
Durante los cuatro días de su gira por Oriente Medio, Kerry pasó muchas horas en reuniones separadas con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas. También hizo un viaje no anunciado de un día a unos importantes países aliados árabes, Jordania y Arabia Saudí.
Pero Kerry parte sin haber obtenido un acuerdo-marco para resolver temas como el de las fronteras, la seguridad, el estatuto de Jerusalén o el futuro de los refugiados palestinos.
Este lunes por la mañana, Kerry informó de sus gestiones a Tony Blair, el emisario especial del Cuarteto diplomático para la paz en Oriente Medio (integrado por Estados Unidos, la ONU, Rusia y la Unión Europea), en su hotel de Jerusalén, al concluir su décimo viaje a la región como secretario de Estado.
Poco antes, Kerry se había entrevistado con el dirigente opositor israelí Isaac Herzog.
Debido a la actitud reservada de los responsables norteamericanos, se han filtrado pocas informaciones sobre las propuestas precisas del secretario de Estado para tratar de acercar las irreconciliables posiciones de ambas partes.
Según el diario israelí Maariv, Kerry presionó a Netanyahu para que acepte una fórmula que autorice el regreso a Israel de un número limitado de refugiados expulsados en 1948, a lo cual se oponen los dirigentes del Estado hebreo.
Los negociadores israelíes quieren prolongar hasta enero de 2015 el actual ciclo de conversaciones de paz con los palestinos, que, según el plan inicial, debía terminar el próximo 29 de abril, agregó Maariv.
A cambio, aceptarían suspender los procedimientos de planificación y de construcción en determinadas colonias de Cisjordania.
Kerry prometió que su equipo, dirigido por el emisario especial Martin Indyk, continuará trabajando aquí esta semana y afirmó que regresará pronto a Jerusalén.
Los medios de comunicación israelíes indicaron que el propio Kerry regresará a la región la próxima semana.
Profundas divergencias impiden progresar
El domingo pasado, el secretario de Estado llevó a cabo una misión relámpago en Jordania y Arabia Saudí, amparándose en el respaldo del soberano saudí a sus esfuerzos para elaborar una solución «justa y equilibrada» al conflicto israelo-palestino.
En julio pasado, Kerry había convencido a las dos partes de volver a la mesa de negociaciones, después de tres años de interrupción de los contactos.
Antes de partir hacia Ammán y Riad, afirmó que «el camino es más claro, el rompecabezas es más definido y para todos se han vuelto más evidentes las difíciles alternativas pendientes y las opciones que existen frente a esas alternativas».
Sin embargo, «no puedo decirles cuándo ocuparán su lugar o caerán al suelo las últimas piezas, dejando un rompecabezas inconcluso», aclaró.
Kerry señaló «progresos» durante sus prolongadas conversaciones con Netanyahu (13 horas en total) y Abas. Sin embargo, las divergencias son muy profundas. Netanyahu acusó a la dirección palestina de manifestar su «oposición al reconocimiento de Israel como Estado judío y a nuestro derecho a estar aquí».
Un dirigente palestino, Yaser Abed Rabo, destacó por su lado que hubo «discusiones serias sobre la forma de avanzar», pero advirtió de que no había que esperar de momento soluciones concretas, debido a la falta de «progresos reales» sobre las cuestiones más delicadas.
AFP