Fue a ver un partido de fútbol y lo matan de un tiro en la cabeza

Gustavo PelegrinaLa víctima, de 29 años, era comerciante y jugador de futsal. Fue a presenciar la final de la categoría y quedó en medio del ataque de una patota. En el lugar había 2.000 espectadores. Un nene fue herido.

Gustavo Pelegrina era un apasionado del fútbol. Padre de dos hijos y con uno más en camino, el hombre de 29 años se había acercado el jueves a la noche al estadio Poliguay para presenciar la final de la liga local de fútbol sala (futsal), deporte que practicaba.

Pero quedó en el medio de una feroz batalla entre barras y murió tras recibir un disparo en su cabeza.

La tragedia se produjo en un polideportivo de Guaymallén (departamento más poblado de Mendoza) donde se enfrentaban los equipos de Poliguay y Municipalidad de San Martín. Pelegrina era uno de los 2.000 espectadores que estaban allí y fueron sorprendidos por una patota de presuntos barras de otro club de la zona (Argentino) que llegó en varias motos e ingresó violentamente para robar banderas y bombos de la hinchada local.

Testigos aseguraron que los agresores estaban encapuchados y llevaban palos y armas blancas y de fuego. En medio de golpes y sillas que volaban, el público intentó escapar.

Mientras buscaban con desesperación las salidas, comenzaron los disparos.

Uno de ellos terminó con la vida de Pelegrina, que cayó desplomado.

También un menor de 10 años sufrió la fractura en su tibia derecha tras caer de las tribunas y ser atropellado por las personas que salían corriendo del lugar. El niño fue trasladado al hospital pediátrico Humberto Notti.

“Estaba adentro del estadio, se armó un despelote, entró un loco drogado en una moto disparando y le dieron justo en la cabeza a mi sobrino”, señaló, shockeado, José Moreno, tío de la víctima. “Era un gran tipo, muy servicial, laburador. Trabajaba con el padre en la venta de conservas”, contó.

Sus amigos tampoco pueden creer cómo un simple partido de fútbol terminó en tragedia.

“Era un pibe querido por todos. Parece una frase de ocasión, pero realmente era así. No era barrabrava, no era de la hinchada, era deportista, amiguero, familiero”, relató Diego, uno de sus vecinos, en declaraciones a un canal local.

Nicolás Logiácono es jugador de la Municipalidad de San Martín y también relató su angustia. “Vimos corridas pero no sabíamos de qué se trataba y después vimos algunas personas que se arrojaban piedras y botellas, todo lo que estaba a su alcance. Al final, después de las corridas, escuchamos detonaciones”, detalló. En total, hubo entre seis y siete balazos y se supone que a Pelegrina le dispararon desde unos 20 metros de distancia. El proyectil de 9 milímetros impactó en su nuca, por lo que los investigadores estiman que el hombre trataba de escapar de la batahola.

El jefe de la Policía de Mendoza, Juan Carlos Caleri, sostuvo que la Liga Mendocina, organizadora del encuentro, no había pedido custodia policial. Y confirmó que por el momento tampoco hay detenidos. “Hay distintas pistas, que serán analizadas con el fiscal para que se pueda ir avanzando en la investigación y ordenar detenciones”, indicó.

La cúpula del Ministerio de Seguridad se hizo presente en el lugar tras el asesinato. Caleri calificó el caso como “un hecho atroz que sorprende” y “uno de los crímenes más aberrantes que se puede haber visto en estos últimos años”.

Los investigadores esperan que las declaraciones de testigos ayuden a esclarecer el homicidio. “Si pueden aportar datos, aunque sea desde el anonimato, nos ayudará mucho”, dijo un investigador.

Fuente: Clarìn