Súper pibe

Yo el MVP?” Miguel Gerlero no salía de su asombro cuando en pleno festejo recibió el premio al jugador más valioso de la final -el primer suplente de la historia que logra esta distinción-.

Si bien Bruno Lábaque manejó el partido con su experiencia y Greg Lewis fue una bestia en defensa y colaboró mucho en ataque, el pibe de 22 años y 1m95 nacido en Río Tercero explotó ante Peñarol y, con 31 puntos, fue el goleador del batallador Atenas que pudo desbancar al campeón sin tres piezas importantes (Gabini, Juan Manuel Rivero y Diego Gerbaudo están lesionados) y completar las vitrinas con el título que le faltaba, el Súper 8 (el Griega suma 20, contando los internacionales). “No imaginaba tener una noche así, pero somos un equipo largo en el que no se sabe quien puede ser la figura en cada juego. Esta vez me tocó y estoy muy contento”, le cuenta a Olé el escolta que la remó desde sus comienzos en Matienzo, llegó a las inferiores del Griego a los 16, se fue a Quimsa, debutó en la Liga y en pocos partidos se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda, se recuperó y jugó en el TNA con 9 de Julio en la temporada pasada. Hoy está en boca de todos y con un trofeo top bajo el brazo…

-¿Fue la noche soñada? -Fue una gran noche, pero yo no me conformo con nada. Quiero siempre más. Ahora tenemos diez días para descansar y después hay que seguir con todo.

-Se vio que asumiste la responsabilidad del goleo con naturalidad…

-Todo pasa por la confianza. Los primeros tiros pudieron entrar, a partir de ahí seguí probando y por suerte se dio este final. Igualmente, es muy importante tener el apoyo de un gran cuerpo técnico y de mis compañeros.

-¿Cuál es la importancia de Bruno Lábaque en estos resultados? -Bruno maneja todo. Sabe controlar los ritmos del juego, nos ayuda, nos aconseja y nos dice lo que tenemos que hacer. Para los más jóvenes del plantel como yo, es muy bueno que nos esté ayudando una persona con una larga trayectoria y que ha ganado todo. Yo trato de aprender lo más que pueda porque me va a servir para el resto de mi carrera.

-¿Por qué ganó Atenas? -Una final no se gana jugando lindo sino que se gana jugando duro, lo hablamos antes de salir a la cancha. Entramos a jugar de esa manera, dimos todo en cada pelota, dejamos la vida y los resultados reflejan ese esfuerzo.

-¿Haber derrotado a Peñarol tiene un sabor distinto, especial? -Sí, el título se festeja más por ser Peñarol, un rival especial, como un clásico.

Fuente: Olé