Marcó diferencias con los sectores que se habían movilizado el jueves con la CTA de Micheli; recordaron a las víctimas de 2001 y reclamaron mejoras salariales inmediatas
Por Aurelio Tomás | LA NACION
«Aumentos para los trabajadores, no para los represores» fue una de las principales consignas que movilizó ayer a más de una veintena de organizaciones de izquierda hacia la Plaza de Mayo.
En los casi 3000 militantes movilizados y en los discursos de 22 referentes de las organizaciones que adhirieron al acto se mezclaron proclamas referidas al aniversario de «la rebelión de 2001», el recuerdo de las víctimas de la represión policial de los días 19 y 20 de diciembre de ese año, y el pedido de liberación o desprocesamiento de sindicalistas, piqueteros y dirigentes sociales. Se pidió, así, por los trabajadores petroleros de Las Heras, condenados por la muerte del policía Jorge Sayago o el líder de Quebracho Fernando Esteche, detenido el 3 de diciembre. También hubo un fuerte reclamo por mejoras salariales urgentes y el repudio al ascenso del jefe del Ejército, teniente general César Milani.
«Los Kirchner supieron aceitar como nadie los mecanismos judiciales para encarcelar luchadores y tercerizaron la represión, como ocurrió en el asesinato de Mariano Ferreyra en manos de una patota sindical», declaró María del Carmen Verdú, referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), desde el palco montado sobre la calle Bolívar. Recordó, también, a los «38 caídos por la represión policial» hace 12 años, y denunció que la mayoría de los autores materiales «siguen libres».
A su turno, Alejandrina Barry, referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, criticó el ascenso de Milani: «Otro genocida más a cargo del Ejército, puesto por un gobierno que se reclama defensor de los derechos humanos».
Diferencias
El mayor número de movilizados había sido aportado por el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), que integra el Frente de Izquierda, la gran sorpresa de la elección legislativa, junto al Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista (IS). Los organizadores se diferenciaron, sin embargo, de la movilización de la CTA opositora del jueves, a la que adhirieron la IS, el PO y su Coordinadora Sindical Clasista.
«No podemos marchar junto a policías cuando conmemoramos a los militantes asesinados en 2001», explicó a la nacion el diputado bonaerense Christian Castillo, en referencia a los vínculos de la CTA con una de las entidades que reivindica la sindicalización de los policías bonaerenses. Y denunció: «El Gobierno pactó el aumento a los policías para que repriman los reclamos de los trabajadores».
Consultado por la situación de los petroleros santacruceños condenados, el delegado Rubén Matu, de la autopartista Lear, explicó: «No podemos permitir un ataque contra la clase trabajadora como el que ocurrió, tenemos que responder con más lucha».
Pasadas las 17, había comenzado la concentración en 9 de Julio y Avenida de Mayo, donde se rindió homenaje al militante de Correpi Carlos «Petete» Almirón, asesinado el 20 de diciembre de 2001 durante las protestas. Media hora más tarde, las columnas del PTS, de delegados gremiales de Kraft, Donnelley y otras empresas, representantes de Ademys, ATE sección sur, organizaciones estudiantiles y otras agrupaciones de izquierda marcharon hasta la Plaza de Mayo, donde se leyó un comunicado conjunto y tomaron la palabra 22 oradores.
Al frente de la movilización marcharon el diputado nacional Nicolás del Caño, el metrodelegado Claudio Dellecarbonara y María del Carmen Verdú, entre otros. Las columnas cubrieron unos 150 metros de la avenida Rivadavia, con una concurrencia estimada en 3000 personas.
Los reclamos
Entre los discursos pronunciados por representantes de trabajadores destacaron reclamos por un doble aguinaldo, reapertura de paritarias, salario mínimo de $ 8500 y un pedido a las centrales sindicales por la organización de un plan de lucha y una huelga general. Distintos referentes gremiales consultados por la nacion evaluaron que la conflictividad crecerá en febrero y marzo. Hay una fuerte expectativa por las paritarias de estatales que, creen, tras el aumento otorgado a policías provinciales, llegará este año con un fuerte ímpetu combativo.
El último orador fue Ramón Cortez, trabajador petrolero de Las Heras, condenado a cadena perpetua. «Nos torturaron, nos quisieron quebrar, pero no lo lograron; vamos a luchar hasta las últimas consecuencias por nuestra libertad y por el desprocesamiento de todos los luchadores», señaló..
Fuente: LA NACION