Thaçi se mantiene como el político dominante en Kosovo pese a los escándalos

Pese a la fuerte presión internacional por las acusaciones de estar involucrado en prácticas mafiosas, incluso en el tráfico de órganos, nada parece indicar que el primer ministro en funciones de Kosovo, Hashim Thaçi, vaya a dejar por ahora de ser el político dominante en la ex provincia serbia.

El Partido Democrático (PDK) del antiguo líder del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) ganó las elecciones parlamentarias del pasado domingo con una cómoda mayoría, aunque bajo la sospecha de manipulaciones del voto, una acusación que afecta también a partidos de la oposición.

No obstante, ha sido la oposición quien solicitó la impugnación parcial de los resultados, ante lo que la Comisión Electoral decidió ayer repetir el proceso electoral en cinco de los 37 municipios.

Y mientras arreciaban las críticas de pucherazo, Thaçi ha visto cómo le salpicaba un escándalo aún mayor en forma de un documento que le acusa de estar en el centro de una estructura mafiosa, involucrada en el narcotráfico y en el tráfico de órganos, presuntamente extraídos a unos 500 desaparecidos, en su mayoría serbios.

Ante ese informe, elaborado por el legislador suizo Dick Marty, miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, el poderoso primer ministro ha anunciado que estudiará medidas legales al entender que esas acusaciones sin prueba son «calumnias y mentiras» producto de una «propaganda malintencionada».

A pesar de esta tormenta de alegaciones, la imagen pública del primer ministro, que lideró la independencia de este territorio en 2008, no se ha deteriorado en Kosovo e incluso la oposición a Thaçi ha calificando al Consejo de Europa de «proserbio».

En todo caso, la imagen internacional del pequeño país balcánico se encuentra en su punto más bajo desde los violentos disturbios contra la minoría serbia de 2004, cuando una veintena de personas murieron y decenas de casas e iglesias ortodoxas fueron destruidas.

La reacción de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) al informe de Marty ha sido reservada, instándole a presentar pruebas.

De momento, la misión de la UE en Kosovo (EULEX) se hará cargo de investigar si hay algo de verdad tras esas alegaciones.

De hecho, la sospecha de que el UCK secuestró y mató a serbios para extraer sus órganos no es nueva, y ya ha sido investigada sin éxito tanto por la ONU como por la propia EULEX.

En el año 2008 se realizaron en una clínica privada de Pristina trasplantes ilegales de riñones, con la participación de ciudadanos turcos e israelíes, pero no se ha revelado vinculación entre este caso y la nueva acusación contra el UCK y su antiguo líder.

Aunque la opinión pública en Kosovo y en Albania, donde se habrían realizado las extracciones de órganos, no se toma en serio las alegaciones, Thaçi tiene aún problemas que resolver, el más inmediato el de contar con suficientes apoyos para formar Gobierno.

Necesita al menos un partido albano-kosovar y el apoyo de los grupos de las minorías étnicas en el Parlamento para hacerse con el mínimo de 61 de los 120 diputados en la Cámara.

Por ahora cuenta con un acuerdo con el principal partido serbio, el SLS, que tiene 9 escaños, y también se espera que lo apoye el partido del multimillonario Behgjet Pacolli.

Pero Thaçi también tiene problemas en su propio partido, el PDK, ya que uno de sus más cercanos colaboradores, Fatmir Limaj, se encuentra bajo investigación por abuso de poder y corrupción.

Negarle a Limaj un cargo ministerial podría fácilmente causar turbulencias en el PDK, lo que afectaría en general la estabilidad de Kosovo, y todo en medio del inicio de nuevas conversaciones con Serbia para mejorar la convivencia entre los dos países.

Lo cierto es que las alegaciones de Marty, que en Serbia han sido la principal noticia durante días, harán difícil que Belgrado se avenga a dialogar con las autoridades de Kosovo, cuya independencia no reconoce y a la que sigue considerando parte de su territorio.

Eso sí, la UE tiene interés en que los contactos se reanuden lo antes posibles, incluso si Thaçi, pese a la acumulación de escándalos, vuelve a repetir como primer ministro.

Fuente: EFE